ENTRE JUDIOS Y MUSULMANES. ( 1a. Parte )
Yo se que a ustedes les gusta cuando les cuento experiencias personales, por eso hoy voy a recordar algunas de las incidencias de la peregrinación que hicimos a Tierra Santa en noviembre de 1995, un grupo de más de cuarenta miembros de la Fundación Betania, encabezados por María Esperanza, cuya causa de beatificación y canonización fue abierta en enero de este año y el próximo 7 de agosto se cumplirá el sexto aniversario de su fallecimiento.
Un viaje con María Esperanza era algo muy especial, lleno de sorpresas y de cosas a veces inverosímiles, es una experiencia inolvidable, ella nos hacía sentir en todo momento que contábamos con la compañía del Señor y de su Santísima Madre, “Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre…no temo ningún mal porque tú estás conmigo” (Sal 23, 3-4) de allí que uno pueda recordar hasta los más pequeños detalles, gracias a Dios que tuvimos la oportunidad de hacerlo.
Se podría decir que a María Esperanza se le abrían las puertas en los lugares a visitar, por ejemplo, el día que nos correspondía visitar el Santo Sepulcro, la guía turística del grupo nos alertó sobre la conveniencia de permanecer unidos y bien identificados ya que normalmente había un gran número de peregrinos en el lugar y que se nos iba a dificultar el acceso. Al efecto tomamos todas las precauciones, cada quien llevaba un sombrerito blanco muy simpático y adelante iba la guía con un banderín en alto para no perdernos, pero cual no sería nuestra sorpresa cuando al llegar al lugar se podría decir que prácticamente no había nadie, no hicimos cola para entrar, y luego adentro los sacerdotes nos trataron con mucho cariño y nos permitieron ver todo y tardarnos el tiempo que fuera necesario.
En la oportunidad que fuimos a visitar el Cenáculo y la Tumba del Rey David que están ambos en el Monte Sión, ocurrió algo que al principio nos pareció muy natural y luego nos percatamos que no lo era. Resulta que al estar el grupo frente a la tumba que es como un gran catafalco y está cubierta con un manto de terciopelo que llega hasta el piso, había una baranda como para mantener a los peregrinos a cierta distancia y en el espacio interior había un judío vigilando y orando sentado en una silla. Este señor se paró, le abrió una puerta de entrada e invitó a pasar a María Esperanza, luego le levantó el manto y ella se arrodilló y besó el pie del monumento.
Al principio nos pareció un gesto de cortesía del amable señor, sin embargo, a la salida la guía nos dijo que en sus catorce años llevando peregrinaciones al lugar, jamás había visto que ocurriera algo semejante.
Una de las primeras cosas que llamó mi atención es que la división de territorio entre judíos y musulmanes, no es algo sencillo como en otros países que de aquí para allá es tuyo y de aquí para acá es mío, no, los espacios están entremezclados es decir que en una misma ciudad hay cosas que son de los judíos y cosas que son de los musulmanes, ambos guardan celosamente sus espacios, y hay sitios católicos tanto en un lado como en otro.
Como el tema es extenso y ya se nos terminó la página, continuaremos en la próxima meditación.
Oraciones Comunitarias: 1) Solicita Norma Varone, desde Argentina, por su hermana Silvia quien tiene mielo fibrosis y debe recibir frecuentes transfusiones. 2) Solicita Rita Schroth por su nieta Daniela quien está por nacer y ya se ha determinado que tiene complicaciones. Rogamos a María Reconciliadora, Virgen de Betania, que interceda ante su Hijo Amado por estas personas, sanando su alma y su cuerpo y que nuestra petición sea agradable a Dios Nuestro Señor. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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