viernes, 29 de octubre de 2010

XI-104 Crecimiento Espiritual


CRECIMIENTO ESPIRITUAL.

Antes de entrar en materia les participo que la Coral Betania actuará el próximo domingo 31 de Octubre a las 11 am. en la Iglesia La Milagrosa de Prado de María y el miércoles 3 de noviembre a las 9 am en la Catedral de Caracas, están todos invitados.

Vamos a meditar hoy sobre nuestro crecimiento espiritual, en varias oportunidades hemos hablado de la necesidad de fortalecer nuestro espíritu al igual que fortalecemos nuestro cuerpo con alimentos y ejercicios, somos cuerpo y espíritu y así como alimentamos nuestro cuerpo tres veces al día y lo ejercitamos constantemente, lo llevamos a médicos para que nos aconsejen sobre sus dolencias, asimismo nuestro espíritu requiere de atención y cuidados.

El espíritu crece y se alimenta de las buenas lecturas, como la Biblia, la Vida de Jesús, de la Virgen y la de los Santos; la Meditación, que es adentrarnos en la intimidad con Dios Nuestro Señor; la Penitencia que surge del reconocimiento de nuestras faltas y la necesidad de limpiar las manchas que ensombrecen nuestra debida pureza de alma, la oración que nos comunica y nos une con la Divinidad y la Eucaristía que es la unión con Dios que se ofrece a nosotros en el altar.

Lo ideal es poder contar con un guía espiritual, un sacerdote, pero ello en estos tiempos es muy difícil porque los sacerdotes son muy pocos para atender la gran cantidad de almas que los necesitan, por eso debemos pedir a Dios para que surjan muchas vocaciones sacerdotales en nuestras comunidades y cuando estas aparezcan no ponerles trabas ni obstáculos para su realización.

Debemos imitar la espiritualidad de la Virgen María por medio del ejercicio de las virtudes de la fe y la esperanza, pensando siempre en la meta final que deseamos, la de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo, tener fe en la certeza de esas promesas, en que son verdaderas y anhelar fervientemente conseguirlas.

Centra tu pensamiento en el sacrificio tan grande que hizo Jesús por nuestra salvación, tenemos que corresponder con todas nuestras energías a ese amor que El nos tiene, levantar nuestro corazón por sobre todas las cosas materiales que nos rodean y elevar nuestro espíritu hacia esos bienes del Cielo que es nuestra patria y destino final, adonde hemos de reunirnos con todos aquellos que lo han logrado.

Imagina y llora también por todos aquellos que por sus faltas, su desidia e incredulidad han sido incapaces de lograr esa gloria y no caigamos en las mismas torpezas que los hicieron infelices por toda la eternidad.

Recuerda que “No solo de pan vive el hombre, sino que todo lo que sale de la boca de Dios es vida para el hombre” (Dt 8, 3) Alimenta pues tu espíritu con la palabra de Dios. Medita, ora, haz penitencia y acércate a la Eucaristía que es el maná del espíritu.

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor.

miércoles, 27 de octubre de 2010

XI-103 Más allá de la Esperanza.


Más allá de la Esperanza.

Mañana 28 de Octubre celebra la Iglesia la fiesta de San Judas Tadeo, junto a la de San Simón, Apóstoles de Jesús que predicaron después de la Ascensión a los cielos de Nuestro Señor.

San Judas Tadeo es un santo muy milagroso, recuerdo que mi mamá le tenía una gran fe a su intercesión. Sin embargo, cuenta la historia que no fue así en los primeros tiempos, quizás por la homonímia con el funesto traidor, Judas Iscariote, por ello fue casi ignorado durante la antigüedad y la Edad Media, hasta que en el siglo XIV, en una de las apariciones del Señor a Santa Brígida de Suecia la instó a dirigirse con confianza a San Judas y desde entonces pasó a tener gran veneración entre los católicos.

San Judas era hijo de Santiago, pariente del Señor, y fue aquel que en la última cena dijo a Jesús: “Señor,¿por qué hablas de manifestarte a nosotros y no al mundo? Jesús le respondió: Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él.” (Jn 14, 22-23).

San Judas Tadeo es el patrón de las causas desesperadas, después de la muerte de Jesús predicó el cristianismo en Siria y en Mesopotamia y murió en Persia decapitado con un hacha, por eso se le representa con un hacha en la mano, en tanto que San Simón se le representa con una sierra porque fue cortado con este instrumento durante su martirio.

Sus reliquias se veneran en Reims (Donde está Santa Juana de Arco) y Toulouse, Francia, siendo su culto muy popular en Polonia.

En la Biblia se incluye una carta de San Judas que fue escrita entre los años 62 y 67 d.c. en la cual se refiere a aquellos impíos que utilizan la religión como un pretexto para su libertinaje, usando frases metafóricas muy bellas, dice que : “Son como nubes arrastradas por el viento que no dan lluvia, árboles que no dan fruto al final del otoño y que ya están muertos antes de ser arrancados de raíz; olas embravecidas del mar que arrojan la espuma de sus vicios; estrellas errantes a las que esperan las tinieblas eternas.” (Jud 12-13), y concluye exhortando a los cristianos para que “construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo, y manténganse en el amor de Dios aguardando la misericordia de Jesucristo, Nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna.” ( Jud 20-21).

Hay quienes dicen que San Judas Tadeo es la última tabla de salvación para los que ya no esperan nada, más allá de la esperanza aún está él. Tengamos confianza en la intercesión de San Judas Tadeo y confiemos a él nuestras penas y dolencias y procuremos, siguiendo sus consejos, construir nuestra vida sobre los fundamentos de la fe y mantengámonos en el amor de Dios.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

lunes, 25 de octubre de 2010

XI-102 La Eternidad.


LA ETERNIDAD.

Ayer estaba leyendo la vida de San Antonio María Claret, por celebrarse su día en el calendario litúrgico, y narran sus biógrafos que una de las cosas que le ayudaron a tomar su decisión de dedicar su vida a las cosas de Dios, fue oír hablar de la Eternidad.

En efecto, hay muchos que no tienen claro el concepto de Eternidad, o nunca han oído hablar ni meditado sobre este concepto, simplemente les suena a algo que dura un buen rato, por ejemplo dicen: “ese discurso duró una eternidad”, por decir que fue muy extenso, o en otros casos se llega a pensar que lo único eterno que existe es Dios y entonces dicen: “Nada es eterno”.

Cuan equivocados están, la Eternidad es un tiempo que no tiene principio ni tiene fin, realmente Dios es eterno, nos lo enseña el Catecismo, porque no ha tenido principio ni tendrá fin, pero también nosotros todos somos eternos, aunque nuestros cuerpos no lo sean, nuestros espíritus que son la esencia de nuestro ser son eternos, ya que nosotros estábamos en la mente de Dios antes de crear nuestros cuerpos y viviremos para siempre, porque la vida que Dios nos ha dado con su soplo divino no se extingue, perdura para siempre. Quizás esta última frase es la que mejor explica el concepto de eternidad: “para siempre, para siempre”.

Jesús nos dice: “Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Pues, aún con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna.” (Mc 10, 29-31)
De acuerdo con estas palabras es que los santos se hacen la pregunta siguiente en cada una sus decisiones: “¿De qué me sirve esto para la eternidad?” Porque teniendo claro el concepto de eternidad podemos entender que la vida en esta tierra es apenas una minúscula parte de ese tiempo que no tiene fin, pero que tiene una importancia fundamental para la vida eterna porque de lo que hagamos en esta vida dependerá para nosotros que tengamos una eterna felicidad o un eterno castigo.

Vivamos la vida con alegría, aceptando los bienes que Dios nos ha dado para vivirla, pero manteniéndolos en su justo lugar no en nuestro corazón, éste debe ser únicamente para Dios nuestro Padre, fomentando la dulce esperanza que El nos ha dado de poder alabarle y glorificarle algún día, junto a sus ángeles y sus santos, en el Reino de los Cielos por toda la eternidad, para siempre.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 22 de octubre de 2010

XI-101 Nuestra Voluntad y la Voluntad de Dios.


NUESTRA VOLUNTAD Y LA VOLUNTAD DE DIOS.

Uno de los atributos que Dios, nuestro Creador, ha puesto en el ser humano es la voluntad, esa fuerza interior que nos impulsa a hacer las cosas que planeamos, a desarrollar nuestras facultades, a lograr nuestras metas y deseos. En muchos casos las cosas no suceden de acuerdo a lo que hubiéramos querido y decimos “es la voluntad de Dios”, otras veces sucede de acuerdo a lo que queríamos y lo atribuimos a nuestra propia voluntad. En realidad no es así, siempre lo que sucede es la voluntad de Dios, nos parezca bueno o nos parezca malo, lo que pasa es que nuestro parecer no es el mismo que el parecer de Dios y Dios siempre hace las cosas para nuestro bien.

Recuerdo una frase de la Sierva de Dios María Esperanza, en la oportunidad en que visitamos con ella la tumba de Lázaro en Tierra Santa: “La Voluntad es la fuerza motriz que libera al hombre”. En la vida espiritual el hombre está sometido constantemente a las presiones del enemigo que quiere perdernos, a cada momento nos está presentando las tentaciones en bandejas de plata para halagar nuestra vista y nuestros sentidos, cuando accedemos a ellas queriendo disfrutar de los placeres que nos ofrecen, en realidad nos estamos sometiendo y nos estamos esclavizando en el pecado, la frase de María Esperanza nos recuerda que tenemos una energía interior que Dios nos ha dado y que es capaz de romper esas cadenas y lograr nuestra liberación.

A lo único que debemos someter nuestra voluntad es a la voluntad de Dios, cuando estas dos fuerzas van aparejadas todo nos sale bien, alcanzamos el éxito y la felicidad en nuestras vidas.

Nuestra voluntad siempre tiende a la búsqueda de nuestro bienestar físico o material, porque es propia del ser humano, no queremos que nada malo nos ocurra, no queremos que nada nos hiera ni nos roce siquiera, pero hay ocasiones en que la voluntad de Dios es diferente, recordemos siempre aquel momento tan difícil que vivió Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto de los Olivos, antes de su pasión, cuando oraba a Dios diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lc 22, 41-42). Jesús era verdadero Dios y verdadero hombre, en este episodio de su vida observamos como la voluntad humana de Jesús contrasta con la voluntad del Padre, pero el Señor la somete a lo que decida el Altísimo. Esta debe ser también siempre nuestra actitud, orar a Dios para que nos ayude a lograr todo aquello a lo que aspiramos, pero sometiendo nuestra voluntad a la suya, esa es la clave para entrar en el Reino que Dios nos tiene prometido.

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor.

miércoles, 20 de octubre de 2010

XI-020 Fiesta en el Cielo.


FIESTA EN EL CIELO.

Damos la bienvenida al grupo de la Fundación Betania que regresa hoy del viaje a Buenos Aires, Argentina y Lima, Perú, adonde fueron en misión evangelizadora, esperando que las semillas sembradas por la sierva de Dios, María Esperanza, estén dando ya sus frutos en esas comunidades.

Cuando Dios estuvo entre nosotros, en la plenitud de los tiempos, encarnado en Jesucristo Nuestro Señor, vino con muchos regalos para los hombres, ya hablábamos de la manera de tratar con Dios, en nuestra meditación anterior, otro de ellos fue el “Perdón”. Para reconciliarse con la humanidad Dios nos trajo el perdón de los pecados, porque el pecado nos aparta de Dios, nos extravía, nos hace tomar otro camino diferente al del rebaño del Buen Pastor, casi siempre nos vamos quedando solos sin darnos cuenta, aislados, sin ayuda, porque el pecado nos nubla la vista y nos perdemos.
Jesús es el Buen Pastor que cuida de sus ovejas, él nos viene a buscar y se preocupa por la que se ha perdido, tanto que si tiene cien ovejas y se le pierde una es capaz de dejar a las noventa y nueve en el desierto e ir a buscar la que se ha perdido.
Y nos dice Jesús en la parábola de la oveja perdida: “Y cuando la encuentra, se la carga muy feliz sobre los hombros, y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido.” Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse.” (Lc 15, 5-7)

Para Dios es una alegría perdonar, por eso quiere que nosotros también sintamos esa alegría, perdonando a los que nos han ofendido y es una condición que nos viene en la oración del Padre Nuestro: “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.”

Aceptemos pues este regalo que Jesús en su infinita misericordia nos vino a traer, usémoslo en nuestra vida, perdonemos y seremos perdonados, alegrémonos y habrá también Fiesta en el Cielo.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares

lunes, 18 de octubre de 2010

XI-099 Como tratar con Dios.



COMO TRATAR CON DIOS.

Uno de los grandes legados que nos dejó Jesucristo Nuestro Señor fue la manera de tratar con Dios. Si leemos el Antiguo Testamento vemos que anteriormente no existía la posibilidad de un trato directo entre Dios y los hombres, la comunicación se efectuaba por medio de personas escogidas por Dios, los llamados Profetas, ellos escuchaban la palabra de Dios y la trasmitían al resto de las personas. El Salvador nos enseña que Dios es nuestro Padre y que como tal debemos tratarlo y comunicarnos con El por medio de la oración.

El mismo Jesús mantenía una comunicación diaria con el Padre por medio de la oración, hasta que un día sus discípulos le dijeron: “Señor enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.” Les dijo: “Cuando recen, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada día el pan que nos corresponde. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe. Y no nos dejes caer en la tentación.” (Lc 11, 1-4)

También les enseñó que esa oración debe ser perseverante hasta los límites del cansancio y les puso como ejemplo aquella parábola del amigo fastidioso que le insistía a medianoche al que ya estaba acostado para que le prestara tres panes para ofrecérselos a un amigo que había llegado de viaje y el otro aunque no quería, ante la insistencia de este, tuvo que levantarse y dárselos. Por eso nos dice Jesús: “Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta se le abrirá.” (Lc 11, 9-10).

Dios es nuestro Padre, es un Padre bondadoso, que nos ama, mostrémosle en nuestras oraciones que estamos concientes de esto que también nosotros le amamos y le bendecimos, que sabemos que es un Dios que perdona nuestras culpas, que sana nuestros cuerpos enfermos y que nos da los bienes de la tierra para nuestro disfrute, pidámosle no solamente por nuestras necesidades personales sino por las de todas las criaturas de la tierra que son nuestros hermanos, para que se destierren el odio y la mentira, por la unión y la solidaridad de las familias, para que reinen en el mundo la justicia y la paz que todos anhelamos.

Pidamos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ella que es plena de gracia, que nos acompañe en nuestras oraciones que ruegue por nosotros, para que merezcamos alcanzar las gracias que pedimos en nuestras súplicas a Dios Padre.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 15 de octubre de 2010

XI-098 No juzguen a los demás.


NO JUZGUEN A LOS DEMAS.



Vamos a comenzar por distinguir entre el juicio que hacemos entre lo que es bueno y lo que es malo que es en realidad un discernimiento razonado sobre algún hecho o algún comportamiento, tomando en cuenta lo que nos han enseñado nuestros padres y nuestros maestros, lo que sabemos por los mandamientos de la Ley de Dios y los mandamientos de la Iglesia, allí estamos juzgando al pecado no al pecador, ese es un juicio que podemos hacer y que de hecho aflora espontáneamente cuando consideramos una situación o un suceso: que hubo un crimen, eso está mal, que hubo un robo, eso está mal, pero lo que no podemos juzgar es al pecador, ¿por qué? , porque no somos jueces, no conocemos las pruebas, no sabemos con certeza que aquella persona fue la que cometió la falta de la cual se le acusa, a veces incluso los jueces con las pruebas en la mano se equivocan y condenan a un inocente. Por el contrario, sabiendo que Dios es misericordioso y que nosotros debemos imitarlo, deberíamos más bien tener misericordia con aquel pecador, especialmente si es un pecador arrepentido.

Jesús nos dice: “No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los demás será usada para ustedes. ¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano, ¿ y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo?” (Mt 7, 1-3)

Casi siempre nos creemos a nosotros mismos “personas buenas”, es por eso que cualquier falla que encontramos en los demás la criticamos, es decir emitimos un juicio sobre aquella persona, incluso llegamos hasta hablarle y decirle que se corrija de aquel defecto, de aquel modo de actuar, pero en el fondo de todo esto lo que realmente estamos haciendo es juzgándonos buenos a nosotros mismos, no nos damos cuenta de nuestras propias fallas pero si las distinguimos a leguas de los otros.

La misericordia de Dios consiste en querer salvarnos a pesar de nuestras faltas y de nuestros defectos, y nosotros debemos también procurar no solo salvarnos a nosotros mismos sino salvar también a nuestros prójimos. Que orgullosos, sonrientes y satisfechos nos presentaríamos, el día que nos toque, frente al Señor y le diríamos “Mira Señor, cuantas almas he salvado para ti”

“No hagas reproches al pecador arrepentido; acuérdate que todos somos culpables” (Sir 8, 5)

Hagamos un recuento de nuestra vida, cuantas veces hemos pecado y ofendido al Señor, somos pecadores, estamos necesitados de la misericordia de Dios porque sabiendo lo que es bueno y lo que es malo hemos escogido lo malo en algún momento, queremos su misericordia, procuremos por tanto tenerla nosotros con los otros pecadores, no sea que nos juzguen algún día con la misma medida.

No juzguemos a los demás, seamos misericordiosos y Dios tendrá misericordia de nosotros.

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor.

miércoles, 13 de octubre de 2010

XI-097 Consejos de María Esperanza.


CONSEJOS DE MARIA ESPERANZA.


Atendiendo a las cartas que me han llegado pidiendo más información acerca de la Sierva de Dios María Esperanza y de mis vivencias durante el tiempo que estuve conociéndola, me atrevo a contarles algunos de los consejos que acostumbraba darnos cada vez que nos reuníamos con ella los miembros de la Fundación Betania.

Una de las cosas en que ella insistía mucho era en “la fidelidad a la Iglesia Católica”, especialmente en varias oportunidades nos pidió orar por el Papa que en ese entonces era Juan Pablo II, “lo necesitamos” decía con frecuencia. No olvidemos que ella ofreció su vida por la del Papa y de allí que comenzara a padecer los síntomas de un mal de Parkinson similar al que tenía el Papa, para ayudarle y prolongarle la vida al Pontífice y así fue, el Papa siguió cumpliendo con su misión, mientras ella soportó durante casi cinco años este terrible mal y cuando María Esperanza partió para la eternidad, ocho meses mas tarde falleció nuestro recordado Juan Pablo II.

“Amemos a nuestros hogares, a nuestras familias, nuestra casa, fortaleced vuestras vidas, uníos viviendo el evangelio”. El centro del proceso de evangelización llevado a cabo por ella era la familia, Dios la escogió para que formara una gran familia que fuera ejemplo de vida cristiana en el mundo, tuvo 7 hijos y 20 nietos, y enseñó a todos que el amor y la unidad familiar son claves en el camino de seguimiento a Cristo Nuestro Señor.

“Respeto y consideración a los hermanos, la unidad fraternal es lo más hermoso que existe” Esta frase nos lleva a buscar y encontrar a Cristo en aquellos hermanos menos favorecidos o aquejados por dolencias físicas o espirituales, en otras palabras el ejercicio de la caridad para la búsqueda del “Amaos los unos a los otros” que nos enseñó Jesucristo como mandamiento nuevo.

“Las buenas acciones se consiguen por la gracia, gracia tenemos todos porque Dios nos las ha dado.” María Esperanza nos recuerda que todos tenemos atributos, son los “talentos” que Dios ha dado a cada quien, nadie debería decir “yo no sirvo para nada”, no es cierto, las obras de Dios son perfectas, nosotros somos obra de Dios y lo que hay que hacer es atreverse a desarrollar nuestras facultades en beneficio de aquellos que nos necesitan, convéncete, si puedes y Dios te ayudará a lograrlo.

“Confesión frecuente”. Este consejo nos ayudará a perder el miedo al confesionario, a conocernos mejor cada día y a recibir la orientación y la ayuda espiritual que todos necesitamos. Además, estar en gracia de Dios nos permite ser dignos custodios del cuerpo de Cristo que recibimos en la Eucaristía y ser felices aún en medio de las mayores dificultades de la vida.



Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

lunes, 11 de octubre de 2010

XI-096 Deberes de los Padres.


DEBERES DE LOS PADRES.

El Cuarto Mandamiento pareciera referirse solamente a la obligación que tienen los hijos de Honrar al Padre y a la Madre, sin embargo, para que esta obligación pueda materializarse, es imprescindible que los Padres se hagan dignos de ese amor y ese respeto que se exige a los hijos, por lo tanto, aunque no se le mencione explícitamente Dios ha dejado a la inteligencia del hombre la comprensión de que también los padres tienen deberes para con sus hijos. ¿Por qué? Sencillamente porque la autoridad que ellos tienen sobre los hijos deriva de Dios, toda autoridad deriva de Dios, por tanto el respeto y la obediencia es obediencia a Dios.

Así que cuando hagas tu examen de conciencia, si tienes hijos, cuando pases por el cuarto mandamiento no digas “esto no es conmigo sino con mis hijos” y examínate tú sobre el cumplimiento de tus deberes como Padre o Madre. Has pensado en algún momento que un día Dios te pedirá cuenta sobre el alma de tus hijos? ¿Y si se perdieran?
Hay muchos padres hoy en día que abandonan el cuidado de sus hijos, su educación, su crianza, en manos de personas que no son de la familia, personas pagadas para prestar este servicio, desligándose de sus obligaciones como padres, poniendo como pretexto su falta de tiempo, sus ocupaciones, su “derecho a vivir su vida”, sin pensar que lo más importante en su vida es en realidad cuidar de aquellas criaturas de Dios que les han sido encomendadas por el Altísimo en la confianza de que sabrían hacerlo bien.

Bien lo dice San Pablo en su carta a los Efesios: “Y ustedes, padres, no sean pesados con sus hijos, sino más bien edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el Señor” ( Ef 6, 4). En este sentido, un hogar laxo puede causar mucho daño a los hijos.
¿En qué consisten estos deberes de los padres? Desde luego que en primer lugar tenemos que colocar la alimentación, el vestido y el abrigo, luego la educación y el mantenimiento de su salud, estos serían los derechos humanos de esos hijos, los derechos materiales como personas, pero también están los deberes espirituales, no descuidar su alma y hacer todo lo posible para que estén preparados para su salvación, primero bautizarlos para hacerlos cristianos, ayudarles a recibir una educación religiosa, a participar en los sacramentos de la confirmación y la comunión, y finalmente cuidarlos de las malas influencias que puedan significar las malas amistades, complementando todo esto con el ejemplo de un hogar cristiano en el que se cumple y se respetan los valores del evangelio y se ama y se glorifica a Dios con la fe y la caridad con los hermanos.

En sus conferencias y disertaciones, la Sierva de Dios María Esperanza insistió siempre en la necesidad de la supervisión directa de los padres sobre sus hijos, en no dejarlos nunca en manos de otras personas y en la responsabilidad que ante Dios tenemos los Padres y Madres de su formación espiritual y del camino que tomen en su vida. A los hijos hay que corregirlos, con dulzura pero a la vez con energía y autoridad, es por su bien.

Vamos pues a pedir a la Santísima Virgen María y a San José, quienes fueron pilares de la Sagrada Familia de Nazaret, para que nos ayuden a procurar el crecimiento espiritual de nuestros hijos para provecho y salvación de sus almas y también de las nuestras.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 8 de octubre de 2010

XI-095 Esto es un milagro


ESTO ES UN MILAGRO.

A diario decimos con frecuencia esta frase: “Esto es un milagro”, al referirnos a algo que nos ha ocurrido fuera de lo normal o de lo que la lógica decía que debía ocurrir y es que en efecto estamos rodeados de milagros a cada instante, unos pequeños detalles, otros medianos y otros grandes, son “las obras” de Dios que así las llamaba Nuestro Señor Jesucristo, cuando era seguido por una multitud de enfermos que le pedían su curación.

Lo que pasa es que muchas veces recibimos el milagro y de manera egoísta se lo regateamos a Dios, esto es tratamos de buscarle una explicación lógica a lo ocurrido y muchas veces se la damos aunque esa no sea la realidad, pero quedamos mas conformes en nuestra mezquindad, no olvidemos nunca agradecer a Dios los favores que recibimos de El.

Ayer precisamente hablaba con un joven amigo, llamado por su vocación hacia los estudios de la medicina quien sufrió las dificultades que siempre han existido en nuestro país para poder ingresar a esta carrera, me contaba que en la Universidad Central de Venezuela, de un total de 10.000 aspirantes que participaron en los exámenes de admisión, solamente escogieron a los 100 primeros y él lamentablemente había quedado en el puesto 400 que es un puesto bueno si se toma en cuenta el número de participantes pero frente a este mínimo cupo no tenía ninguna opción. Sin embargo, nuestro amigo no desistió en su empeño y siguió insistiendo por las vías ancestrales de la palanca y las recomendaciones, pero lamentablemente sin ningún resultado, es más, hace dos días le dijeron que desistiera que no había nada que hacer que buscara en otras universidades. El se aferró aún más a su fe, se acercó más a Dios con la oración, acudió a la intercesión espiritual de María Esperanza, y ayer sorpresivamente le llamaron y le dijeron que tenía su cupo que pasara a inscribirse formalmente, Alabado sea el Señor!

Algo similar a lo que nos ocurrió a nosotros en Enero de este año cuando nos negaron la visa para ir a Estados Unidos y que les conté con detalle en aquel artículo titulado “¿Cree Usted en milagros?”, a pesar del no contundente que nos habían dado y a pesar de que ese tipo de decisión es irreversible, se dio el milagro y pudimos asistir a la Apertura de la Causa de Beatificación de la Sierva de Dios, María Esperanza. ¿Cómo? No perdamos el tiempo buscando una explicación, no es necesario.

Nunca dejemos de lado nuestra fe, aunque sea muy pequeñita, como un granito de mostaza, el cristiano es hombre de esperanza, Dios no nos defrauda, busquemos la intercesión de la Virgen María, la Madre de Jesús, o de los santos de nuestra devoción, ellos nos van a ayudar y lo que parece imposible se hará realidad ante nuestros ojos, pues “Para Dios, nada es imposible” (Lc 1, 37).

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor

miércoles, 6 de octubre de 2010

XI-094 Hay una sola verdad. (2a.Parte)


HAY UNA SOLA VERDAD. (2ª.Parte)

En nuestra meditación del pasado lunes, estuvimos comentando acerca de las inquietudes que surgen con la lectura de un artículo sobre el avance del Islam en los distintos países del mundo, dicho artículo les fue enviado a todos ustedes en el día de ayer, quienes por algún motivo no lo hayan recibido, pueden solicitarlo y se los enviaremos nuevamente con mucho gusto.
Además del avance del Islam deberíamos añadir que también hay una oleada de sectas y de pseudo-religiones que también se encuentran pescando en rio revuelto, así como el secularismo del cual habló el Papa Benedicto XVI en su reciente viaje al Reino Unido, calificándolo de agresivo, secularismo es la tendencia que lleva a los pueblos a apartarse de la religión tradicional de sus antepasados y alejarse de todo lo que pudiera representar un signo religioso, recordemos la frase de G.K.Chesterton, “El peligro de no creer en nada es acabar creyendo en cualquier cosa”.
Nosotros los católicos debemos estar claros, no existen diferentes verdades, la verdad es una sola y es Cristo Jesús, él nos dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” ( Jn 14, 6) La fuente de toda verdad es Dios y esa verdad se manifiesta plenamente en su Hijo Amado Jesucristo “Lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14).
Los hermanos separados (Evangélicos) dicen que la verdad es la Biblia, pero el catecismo nos enseña que la fe cristiana no es una “religión del Libro”, el cristianismo es la religión de la palabra de Dios no de un verbo escrito y mudo, sino del verbo encarnado y vivo, por tanto es preciso que Cristo por el Espíritu Santo nos abra el espíritu para entenderla, no puede cada quien interpretar la Biblia a su manera o capricho sino que es el Espíritu Santo quien por medio de la Tradición de la Iglesia nos da la interpretación correcta de la Escritura, por eso debemos asistir regularmente a la Misa para escuchar del sacerdote en la homilía la interpretación correcta del evangelio.
Cristo vino al mundo para dar testimonio de la verdad y nosotros los cristianos no debemos avergonzarnos de dar testimonio de nuestra fe, sin ambigüedades, como lo hizo San Pablo ante los jueces, así tendremos nuestra conciencia limpia ante Dios y ante los hombres.
Estemos pues siempre alertas y unidos ante la agresividad de todas estas tendencias que solo pretenden dominar e imponer sus propios criterios y no la verdad del Dios Unico y verdadero en quien nosotros creemos, a quien adoramos, bendecimos y glorificamos.

Hay una sola verdad, Dios, el que dijo a Moisés “Yo soy”, el que nos ama tanto que entregó a su Hijo por nuestra salvación, el que nos envió al Espíritu Santo para abrir nuestra inteligencia y poder conocerlo, amarlo y servirlo por toda la eternidad.

Oración Comunitaria: Solicita María Helena Fernández por los 33 mineros chilenos que se encuentran atrapados en una mina desde hace dos meses, para que el Señor les de la fortaleza necesaria para resistir y les infunda la esperanza que requieren en estos momentos y a sus familiares la calma y la confianza en Dios que les permitirá reunirse con ellos tan pronto puedan volver a ver la luz del día y la belleza de la naturaleza. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria.)

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

lunes, 4 de octubre de 2010

XI-093 Hay una sola verdad (1era parte)


HAY UNA SOLA VERDAD. (1ª. Parte)

Estaba leyendo un mensaje que me llegó y que habla acerca de la forma como el Islam ha ido actuando en los diferentes países para irse introduciendo, ganando paulatinamente porcentajes cada vez mayores de adeptos con el objetivo de llegar a obtener el 100% de la sociedad, como de hecho lo ha conseguido en un cierto número de países, el contenido de este mensaje me preocupa y me ha inspirado a sugerirles la presente meditación. (El mensaje referido se los reenviaré en el transcurso de esta semana).

Ciertamente que el hombre tiene derecho a la búsqueda de la verdad, específicamente en materia de religión esta es una constante y es así como el hombre ha seguido diversos caminos, unos se han ido por el ateísmo, es decir la negación de la existencia de Dios, otros por el contrario en la creencia en muchos dioses, algunos en la existencia de energías cósmicas y fuerzas universales y los más numerosos en la creencia en un solo Dios, todos ellos se sienten dueños de la verdad, todos aseveran que su manera de pensar es la auténtica y verdadera, es decir que si vemos el conjunto de la humanidad desde un punto de vista externo habría que decir que hay muchas “verdades” en el mundo.

Pero la lógica nos dice que la verdad sólo puede ser una, puesto que la existencia de una verdad es la negación de las otras supuestas verdades y de hecho cada una de estas personas se siente dueña de la verdad y mira bien sea con desprecio, lástima o compasión a los demás por considerarlos extraviados.

En medio de toda esta gama de creencias religiosas observamos que según las escrituras el verdadero Dios se ha revelado a los hombres en infinidad de oportunidades a través de la historia, al principio a un pueblo escogido y mas tarde a toda la humanidad por medio de su hijo Jesucristo.

Cuando Dios se revela a Moisés en el Monte Sinaí, le dice: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob.” (Ex 3, 6) Y cuando Moisés le pregunta su nombre, Dios le responde: “Yo soy el que soy” (YAVEH) Y añadió:”Así dirás a los hijos de Israel: “Yo soy” me ha enviado a vosotros…Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación” (Ex 3, 13-15).

Es decir que Dios se revela como la verdad que siempre ha existido, la del pasado (Dios de tus padres) la del presente (..dirás “Yo soy” me ha enviado) y la del porvenir (de generación en generación) y Dios siendo pura verdad no puede mentir, no puede decir a unos me llamo “Yo soy” y a otros me llamo “Alá”. Hay una sola verdad.
Demos gracias al Señor por hacernos partícipes de la revelación de esa verdad y roguemos por aquellos que viven de espaldas a ella.
Continuaremos hablando sobre este tema.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 1 de octubre de 2010

XI-092 La Pobreza en el Espíritu.


LA POBREZA DE ESPIRITU.

He escogido el color rosa claro para titular esta meditación porque quiero compartir con ustedes la alegría que nos embarga por el nacimiento de nuestra nieta que llevará por nombre María Antonieta de la Luz, es nuestra sexta nieta y estamos agradecidos a Dios por haber sido tan bondadoso con nosotros.
“Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” (Mt 5, 3) En el sermón de la montaña, Jesús comienza sus bienaventuranzas con esta frase que ha sido muchas veces mal interpretada. Una cosa es la pobreza material y otra el espíritu del pobre, para muchos la felicidad consiste en poseer bienes materiales y dinero, sin embargo, hay quienes tienen muy poco y son felices con su pobreza, en tanto que hay quienes tienen mucho y son infelices porque no pueden tener más.
Depende de tu punto de vista, si estás pendiente de aquellos que tienen más que tú y deseas tener tanto como ellos, eres infeliz, en tanto que si miras hacia abajo y ves a aquellos que tienen mucho menos que tú, te sentirás agraciado y feliz.

Si una persona es pobre en bienes materiales y desea poseer todo lo que otros poseen, no es en realidad pobre de espíritu, no posee esta virtud, en cambio si alguien posee bienes materiales pero no está apegado a ellos, tiene la Pobreza en el Espíritu de la que habla Jesús.
También esa pobreza de espíritu se manifiesta en el comportamiento de la persona con los bienes propios y ajenos, aquellos que son generosos con los bienes de los demás, es el caso de los malos administradores, los corruptos, pero son tacaños con los suyos propios, no poseen la virtud de la pobreza espiritual. Recordemos siempre que los bienes de la tierra son de Dios y El nos los ha dado para que los administremos. Al final de nuestra vida tenemos que dejarlo todo aquí en la tierra, nada nos pertenece, por ello seamos generosos con los que tienen menos que nosotros, si el Señor te ha dado bienes en abundancia tienes un gran trabajo por delante, discernir cual es la mejor manera de utilizarlos, no en beneficio propio sino en el de aquellos que realmente lo necesitan, sin egoísmo, sin mezquindad.

Los invito a cultivar la virtud de la pobreza del espíritu, sin envidiar ni criticar a los demás, no importa que no te lo reconozcan en este mundo, Dios que está pendiente de tu vida te lo reconocerá y te dará la anhelada felicidad.

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor.