miércoles, 27 de octubre de 2010

XI-103 Más allá de la Esperanza.


Más allá de la Esperanza.

Mañana 28 de Octubre celebra la Iglesia la fiesta de San Judas Tadeo, junto a la de San Simón, Apóstoles de Jesús que predicaron después de la Ascensión a los cielos de Nuestro Señor.

San Judas Tadeo es un santo muy milagroso, recuerdo que mi mamá le tenía una gran fe a su intercesión. Sin embargo, cuenta la historia que no fue así en los primeros tiempos, quizás por la homonímia con el funesto traidor, Judas Iscariote, por ello fue casi ignorado durante la antigüedad y la Edad Media, hasta que en el siglo XIV, en una de las apariciones del Señor a Santa Brígida de Suecia la instó a dirigirse con confianza a San Judas y desde entonces pasó a tener gran veneración entre los católicos.

San Judas era hijo de Santiago, pariente del Señor, y fue aquel que en la última cena dijo a Jesús: “Señor,¿por qué hablas de manifestarte a nosotros y no al mundo? Jesús le respondió: Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él.” (Jn 14, 22-23).

San Judas Tadeo es el patrón de las causas desesperadas, después de la muerte de Jesús predicó el cristianismo en Siria y en Mesopotamia y murió en Persia decapitado con un hacha, por eso se le representa con un hacha en la mano, en tanto que San Simón se le representa con una sierra porque fue cortado con este instrumento durante su martirio.

Sus reliquias se veneran en Reims (Donde está Santa Juana de Arco) y Toulouse, Francia, siendo su culto muy popular en Polonia.

En la Biblia se incluye una carta de San Judas que fue escrita entre los años 62 y 67 d.c. en la cual se refiere a aquellos impíos que utilizan la religión como un pretexto para su libertinaje, usando frases metafóricas muy bellas, dice que : “Son como nubes arrastradas por el viento que no dan lluvia, árboles que no dan fruto al final del otoño y que ya están muertos antes de ser arrancados de raíz; olas embravecidas del mar que arrojan la espuma de sus vicios; estrellas errantes a las que esperan las tinieblas eternas.” (Jud 12-13), y concluye exhortando a los cristianos para que “construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo, y manténganse en el amor de Dios aguardando la misericordia de Jesucristo, Nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna.” ( Jud 20-21).

Hay quienes dicen que San Judas Tadeo es la última tabla de salvación para los que ya no esperan nada, más allá de la esperanza aún está él. Tengamos confianza en la intercesión de San Judas Tadeo y confiemos a él nuestras penas y dolencias y procuremos, siguiendo sus consejos, construir nuestra vida sobre los fundamentos de la fe y mantengámonos en el amor de Dios.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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