viernes, 8 de julio de 2011

XII-069 Así como nosotros perdonamos


ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS.

El perdón que nosotros solicitamos al rezar la oración del Padre Nuestro, está sujeto a una condición previa terrible que es la del perdón que nosotros demos a los que nos ofenden o a los que tengan alguna deuda con nosotros: “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.”Nuestro Dios, no solo es un Dios de Amor sino que es también un Dios de Perdón, él es como un Padre amoroso con sus hijos que los observa en sus juegos y en sus travesuras y está dispuesto a perdonarles las faltas cometidas, si por descuido o por la fuerza misma de sus juegos pudieran quebrar alguna cosa quizás les de un pequeño regaño en principio, pero luego les perdonará o si no hicieron bien sus tareas les dará una pequeña penitencia como de no dejarlos jugar por un rato, pero al final siempre habrá un perdón y un olvido de la falta cometida. Así nos trata Dios, como Padre amoroso, somos sus criaturas, pero de igual manera quiere que nosotros nos comportemos con nuestros hermanos, que nos perdonemos entre nosotros las faltas cometidas, que nos reconciliemos cuando nos hayamos separado que nos amemos, no hay mejor demostración de amor que el perdón de las ofensas.

En el evangelio encontramos varios pasajes que nos hablan de esta condición previa que se formula en el Padre Nuestro: “Si uno dice “Yo amo a Dios” y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ame a Dios, ame también a su hermano.” ( I Jn 4, 20-21 ) Es decir que la misericordia de Dios no puede penetrar en nuestro corazón mientras no hayamos perdonado a quienes nos han ofendido, incluso a nuestros enemigos, porque en la medida en que nos negamos a perdonar a nuestros hermanos estamos cerrando nuestro corazón, haciéndolo cada vez más duro e impermeable y bajo esas condiciones tampoco el amor misericordioso del Padre puede penetrar en él y otorgarnos el perdón.

En la parábola del siervo a quien su Señor le perdonó una gran deuda pero él a su vez no fue capaz de perdonar a un servidor suyo una deuda menor, vemos que al final hay un castigo para el siervo sin entrañas y concluye diciendo “Esto mismo hará con vosotros mi Padre Celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano”(Mt 18, 35) La falta de perdón es por tanto un pecado en si misma que debemos evitar para librarnos del castigo merecido.Vamos a rogar al Señor que nos cambie ese corazón de piedra que no nos permite perdonar por un corazón de carne, un corazón que sea capaz de amar y perdonar, que sea capaz de conmoverse, para que esas heridas que hemos sufrido por culpa de otros se cambien en compasión y podamos cumplir con la condición previa que hemos hecho al rezar el Padre Nuestro. Señor yo quiero reconciliarme con mis hermanos por amor a ti, yo quiero perdonar para que tú me perdones, para que aceptes mi oración porque mi corazón está libre de odios y de rencores, Señor hazme amar a mis hermanos así como tú nos amas a nosotros.

Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares, les deseo un Feliz Fin de Semana, sin olvidarse de la Misa Dominical y del rezo del Rosario en Familia para que permanezcan unidos en el Señor.

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