jueves, 7 de julio de 2011

XII-068 Trinados del Cielo


TRINADOS DEL CIELO.

Me desperté esta mañana con el gorjeo de los pájaros, alegres en su amanecer, cuando el sol apenas comienza a despuntar en el horizonte, me llamó la atención uno en especial que parecía decir “Dios mío, Dios mío, Dios mío” y ustedes conocen esos otros que dicen “Cristo fue, Cristo fue” de donde les viene el nombre, es la naturaleza que canta en alabanza a Dios Creador.No son solo los pájaros los que participan en esta alabanza, si observamos toda la naturaleza en la mañana al despertar parece que cantara un salmo a Dios, es el mundo que despierta alegre a medida que el sol va encendiendo con su luz todas las cosas, parece que la tierra diera un aplauso al Soberano del Universo, el mar alegremente bate sus olas contra los riscos y las playas mientras en el aire la brisa corretea por entre las casas y mueve las hojas de los árboles para que participen en esta salmodia.

A tono con todas estas muestras de amor a Dios, todos los animales, todas las criaturas del Señor expresan a su manera ese gusto y ese agradecimiento, ese gozo infinito por la vida, por la existencia que nos ha dado Dios.

El hombre también despierta, la criatura predilecta del Creador, de ese Ser Omnipotente que es el origen primero de todas las cosas, del Señor del Cosmos, que ha creado este paraíso para nosotros, un paraíso vivo, donde las cosas tienen su propio sentir, donde las plantas respiran y se mueven aunque no cambien de sitio, donde las flores vistiendo sus mejores galas se abren para dejar escapar sus perfumes, donde los peces aletean alegremente en busca de su alimento, donde los pájaros cantan y nos traen esos Trinados del Cielo.Dios se merece esa alabanza de la naturaleza y nosotros estamos llamados a armonizar con nuestra oración primera, con nuestra acción de gracias, con nuestra alegría matinal, todo ese concierto , toda esa ceremonia espontánea y natural que desea dar Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, la Santa Trinidad del Cielo. Unamos nuestra voz al de las cascadas y los ríos que se apresuran por sus cauces a fertilizar todas las plantas que nos servirán de alimento, juntemos nuestras oraciones a ese batir de alas de los pájaros que trinan en el cielo, rimemos junto a ellos nuestras palabras que Dios merece nuestra alabanza por siempre.

Señor Dios del Universo, Padre Todopoderoso, te alabo y te bendigo en este nuevo día que nos regalas, permíteme descubrirte vivo y presente en medio de toda esta naturaleza que te canta y unir mi voz a todas las criaturas que alegres te agradecen ser obra de tus manos.

Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares.

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