miércoles, 7 de marzo de 2012

XIII-021 Andar en Mínimo.



ANDAR EN MÍNIMO.


En lenguaje automovilístico se dice que un carro está en mínimo cuando lo prendemos y no lo aceleramos, sino que solamente lo dejamos funcionando con la mínima cantidad de gasolina que llega al motor de forma automática, tal como hacemos cuando lo encendemos por primera vez durante el día y esperamos por unos minutos a que alcance su temperatura de funcionamiento. Supongamos que estando el auto en mínimo le ponemos una velocidad y le soltamos el freno, el vehículo comenzará a desplazarse lentamente y tal vez alcance una velocidad de 5 ó 10 Km por hora, lo cual quiere decir que para recorrer digamos 100 km tardaríamos entre 10 y 20 horas, algo que normalmente haríamos en apenas una hora si vamos por una carretera despejada y plana, es más si vamos andando en mínimo y nos encontramos con una subida es probable que no podamos franquear este obstáculo.


Pues bien, en la vida espiritual, aunque parezca dura la comparación, hay muchos que se conforman con andar en mínimo, en realizar apenas las cosas menos exigentes de nuestra religión, orar de vez en cuando, ir a misa uno que otro domingo, comulgar un año por la cuaresma y decir con mucha desfachatez “yo soy cristiano, pero tú sabes, no tengo tiempo para estar rezando e ir a misa y estar leyendo cuestiones religiosas…”

Jesús nos pide que hagamos un esfuerzo por seguirle, tendiendo siempre a la búsqueda de la perfección del Padre: “Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.” (Mt 5, 48) Ser perfectos quiere decir ser santos, Dios nos invita a todos a la santidad, porque todos podemos ser santos si hacemos un esfuerzo para lograrlo y para ello tenemos un tiempo de vida muy limitado, muy corto, tenemos que acelerar, no podemos andar en mínimo porque no lograremos la meta en el tiempo disponible.


La Iglesia nos ayuda constantemente a lograr esa meta, por ejemplo en estos días nos da un tiempo que se llama Cuaresma, recordando los cuarenta días que Jesús estuvo en el desierto, para que ejercitemos la penitencia, el ayuno y la caridad, nos establece unos parámetros sencillos que podemos cumplir con un poquito de esfuerzo, abstenernos de comer carne los días viernes, acercarnos a la confesión y a la eucaristía, rezar el Vía Crucis, hacer la caridad con nuestros semejantes, para ello tenemos que poner el pie en el acelerador, no podemos andar en mínimo.

Ser Cristiano significa seguir a Cristo, imitarle, su labor fue incansable durante tres años apenas de vida pública, se levantaba muy temprano a orar, a conversar con el Padre, iba luego de pueblo en pueblo a llevar su palabra, a curar a los enfermos, a perdonar los pecados, se reunía en privado con sus apóstoles, hablaba en las sinagogas, enseñándonos a amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.


No te conformes con andar en mínimo porque cuando vengan las “subidas”, es decir las pruebas de la vida, te será muy difícil poder superarlas, haz de tu vida una amistad permanente con Jesús, que su Madre Santísima te ayude a lograrlo, creciendo espiritualmente cada día más.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y les acompañe siempre.

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