lunes, 19 de marzo de 2012

XIII-025 Custodio de Tesoros



CUSTODIO DE TESOROS.


Hoy celebra la Iglesia el Día de San José, esposo de la Santísima Virgen y padre putativo de Jesús. A San José le han llamado también el Santo del Silencio porque en la Biblia, en los pocos pasajes en que figura su nombre, no se mencionan palabras pronunciadas por él, solo se resalta su atención y obediencia a los designios del Altísimo. Sin embargo, su importancia reside en que Dios lo nombró custodio de sus dos más preciados tesoros, de su Hijo Jesús y de su Santísima Madre.


Tuvo San José como premio por el cumplimiento de su misión, la dicha de pasar sus últimos días en la tierra bajo los cuidados de Jesús y de María, para finalmente morir en sus brazos, por eso se le considera Patrono de la Buena Muerte. Se estima que el Patriarca San José vivió un poco más de 60 años, porque tenía 33 cuando se casó con María y vivió junto a ella 27 años.


Es innegable que Dios escogió al mejor hombre, entre los justos de su tiempo, para hacerlo custodio de sus tesoros en la tierra, porque de haber existido otro mejor y más perfecto, a ese hubiese escogido para esposo de María y su representante como Padre de Jesús, lo que nos hace pensar en las virtudes, dones y gracias de santidad que debieron adornar al Santo Patrono. Dice María de Jesús de Agreda que San José “Era blando de condición, caritativo, afable, sencillo y en todo descubría no solo inclinaciones santas sino angélicas, y creciendo en virtudes y perfección llegó con vida irreprensible a la edad que se desposó con María santísima.”


Son muchos los favores que este Santo es capaz de conceder a quienes le son devotos, debido a los privilegios que el Altísimo a su vez le concedió a él durante su vida terrenal, entre los que se pueden contar el conseguir la virtud de la castidad, salir del pecado y volver a la amistad con Dios, alcanzar la devoción de María santísima, conseguir buena muerte, salud y protección para las familias.


En el Libro “El Puntal de Luz” que contiene las plegarias escritas por la Sierva de Dios María Esperanza, hay una Invocación a San José que dice así: “Patriarca San José, entra en mi casa para darnos la luz por la gracia del Espíritu Santo, a fin de que nuestras familias puedan servir como instrumentos del Señor y de la Santísima Madre de Dios, por Jesús su Divino Hijo, pudiendo sentir y vivir el Evangelio y cumplir la voluntad de Dios, Nuestro Señor. He aquí la expresión de un hijo que viene a pedir y a rogar misericordia de su hogar, de su familia y de los suyos para vivir santamente las escrituras del Señor. Amén, Jesús. Ven y entra Señor. Amén. Padre Nuestro (Repetir 33 veces) Ave María (Repetir 33 veces).


Tomando en cuenta los privilegios y la perfección de este admirable santo, procuremos ser sus devotos y acudamos a su intercesión para así obtener la misericordia del Señor. (Anexo encontrarán una postalita de San José)


Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

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