lunes, 2 de julio de 2012

XIII-058 Católico Ignorante, candidato a Protestante



Ayer precisamente conversaba con unos amigos, recién llegados de Estados Unidos que me hablaban de la intensa campaña de enrolamiento que realizan las Iglesias Evangélicas y Protestantes en ese país, especialmente dirigida hacia la gente que profesa la fe católica, para que abandonen su religión y se sumen a la suya, pareciera que han descubierto la ignorancia de muchos católicos en cuanto a su propia religión y lo consideran como un gran filón de oro que pueden explotar a su antojo, de allí que viniera a mi memoria esta frase conocida “Católico Ignorante, candidato a Protestante”.

En los Estados Unidos han proliferado cientos de Iglesias Protestantes, cada una con ciertas variantes con respecto a las otras, aunque muchas se contradicen entre sí, teniendo como denominador común la búsqueda de la comodidad para la persona que desea afiliarse, es decir que si tú deseas una Iglesia que no te prohíba tal o cual cosa, o que no te limite en tus deseos de vivir como mejor te parezca, según tu propio criterio, seguramente entre tantas vas a conseguir una que se adapte a tu medida, como si se tratara de un par de zapatos o de un traje, algo que te haga sentir bien y hacer todo lo que te plazca sin ningún temor de Dios porque estás cumpliendo con “Tu” religión.

El Católico debe prepararse bien, esto quiere decir leer, estudiar, conocer su religión, no limitarse exclusivamente a los conocimientos adquiridos en la Catequesis previa a la Primera Comunión, muchos de los cuales quizás ya haya olvidado, para que a la hora que lo vengan a conquistar como lo hacen los políticos, con ofertas y promesas de algo mejor, saber responder adecuadamente y respetando las creencias ajenas, saber defender las suyas a las que debe considerar como la auténtica verdad.

Dios ha creado al hombre y le ha dado unos mandamientos, son normas de vida para que viva en sociedad, esas normas no han cambiado nunca, recordemos que cuando Jesús vino al mundo dijo “No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer cosa alguna, sino para llevarla a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.” (Mt 5, 17-19).
Los mandamientos de Dios no fueron hechos para que el hombre los moldeara a su antojo de acuerdo a su comodidad, sino para que se cumplieran hasta la última coma, la felicidad nuestra debe estar fundada sobre el cumplimiento de esos mandamientos porque ello nos da la certeza de que Dios está complacido con nuestro comportamiento.

Meditemos pues en la necesidad que tenemos de formarnos, de releer el Catecismo, de disfrutar de las lecturas de la Biblia y la Vida de los Santos para salir de nuestra ignorancia religiosa y no caer en un hoyo guiados por otro ciego que prometa guiarnos.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y tu familia y los acompañe siempre.

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