viernes, 20 de julio de 2012

XIII-065 Seamos niños pequeños ante Dios



SEAMOS NIÑOS PEQUEÑOS ANTE DIOS.

Dios es nuestro Creador, él nos hizo, somos sus criaturas, por eso siempre seremos niños pequeños ante El. Nuestro Dios es eterno, existe desde siempre, de manera que ¿cómo puede alguien sentirse adulto en su presencia?, por el contrario nuestra actitud ante El debería ser siempre como la de niños ante su padre y es que El nos quiere así, sencillos, inocentes, cándidos, impacientes, ávidos de su ternura y de su amor. Si leemos las palabras de Jesús siempre encontraremos ese trato del padre ante sus hijos y esa preferencia por los niños y las pequeñas criaturas: “Dejad que los niños vengan a mi y no los estorbéis”.

Sin embargo, el hombre padece de una enfermedad que se llama soberbia, un orgullo desmedido que lo hace sentirse superior a los demás, mirar con altivez y desprecio a los que lo rodean, yo soy más que tú, yo sé más que tú, yo tengo más poder y sé lo que hago,  y por lo tanto quien tiene la razón en todo soy yo, esa enfermedad lleva en su etapa más aguda a sentirse adulto en la presencia de Dios, a tratarle de tú a tú y hasta tratar de orientar sus decisiones en nuestro favor con razonamientos humanos, o a sentirse autosuficiente y pensar en prescindir de El, ¡que insensatez!.

“Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos y declaró: “En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. El que se haga pequeño como este niño, ese será el más grande en el Reino de los Cielos Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mi me recibe.” (Mt 18, 2-5)
Dejemos de lado cualquier rasgo de soberbia de vanidad y de amor propio, apartemos de nosotros la arrogancia que nos hace despreciar a los demás y vamos a cambiar como lo quiere Dios, vamos a desprendernos de todo lo que signifique orgullo, poder y prepotencia, vamos a ser
de nuevo niños en los brazos del Padre, para sentir su mirada tierna y sentirnos abrigados en su regazo paterno, como el niño Jesús se sintió en los brazos de San José.
Que la humildad sea nuestro único triunfo, a su lado sentiremos calor de vida y paz, que El sea nuestra fuerza y la luz de nuestros caminos y vamos a trabajar y colaborar en cualquier obra en favor de los niños que es a lo que se refiere Jesús en sus palabras cuando dice “el que recibe en mi nombre a un niño como éste”, hagámonos niños pequeños ante Dios y podremos entrar en el Reino de los Cielos.

Oración Comunitaria:
Solicita María Blanca desde Lima, Perú, por el pequeño Humberto de 13 años que intentó suicidarse y está en coma internado en un hospital. Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en familia y la misa dominical.

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