DIOS CREADOR.
Continuemos con nuestro repaso del Catecismo en este Año de la Fe. Tuvimos una interrupción de casi mes y medio motivado a que surgieron cuestiones de gran relevancia que ocuparon nuestra atención, como fueron la renuncia del Papa y el nombramiento del nuevo Obispo de Roma, el aniversario de las apariciones en Betania y otras, pero ya las aguas parecen tomar de nuevo su cauce y vamos a continuar con nuestro repaso.
Hemos dicho que Dios es Todopoderoso, que todo lo puede hasta aquello que para nosotros parece imposible y así lo confesamos en el Símbolo de Nuestra Fe, ese es el primer gran atributo de Dios, e inmediatamente decimos que “Dios es Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible”. De esta manera comienza también la Sagrada Escritura, en el primer capítulo que es el Génesis se dice “En el principio, Dios Creo el Cielo y la Tierra” (Gen 1, 1) y nos describe aquel proceso de una semana en el que fue creando todas las cosas hasta crear al hombre.
Esta es la respuesta que tenemos para todas esas preguntas existenciales que el hombre se hace: ¿Quién soy?; ¿De dónde vengo?; ¿A dónde voy? Es decir acerca del origen y el fin, no solo del hombre, sino de todo lo que le rodea.
Desde luego que el hombre, los filósofos, han dado un sinnúmero de respuestas a esas preguntas de acuerdo a sus propios y particulares razonamientos y existen por tanto un sinnúmero de teorías que nos hablan acerca de la Creación del mundo. En este tema hay muchas religiones y culturas que confrontan a la fe católica con explicaciones y mitos diferentes, algunos incluso llegan a menospreciar nuestra explicación tratándola de simplista y es que el hombre prefiere explicaciones complicadas para todo aquello que le parece inexplicable y pensar que la explicación es tan sencilla, solo se requiere de la fe: “Por la fe, creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no se palpa.” (Heb 11, 3). Y es que Dios mismo nos lo ha revelado por su infinito amor hacia los hombres, no solo en el Génesis, sino también en los Salmos, en el Salmo 115 nos dice: “!Que el Señor los bendiga, el que hizo los cielos y la tierra!” (Sal 115, 15) y luego en el 124 leemos: “Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.” (Sal 124, 8) y también en el Salmo 134: “Que el Señor desde Sion te bendiga, el que ha hecho los cielos y la tierra” (Sal 134, 3), son palabras inspiradas por Dios.
La Creación se nos revela pues como el primer paso hacia la Alianza de Dios con su pueblo, es producto de ese amor tan grande que Dios nos tiene, de un amor que no tiene límites, como lo expresaba ayer el Papa Francisco en su Homilía del Día de la Misericordia: “Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía”.
Solo Dios ha creado el universo, libremente, sin ninguna ayuda. Ninguna criatura tiene el poder de Crear, es decir de dar el ser a algo que no lo tenía en modo alguno, llamar a la existencia de la nada, solo Dios Todopoderoso y creó al mundo para manifestar y comunicar su gloria y es por eso también por lo que nos creó a nosotros sus criaturas, para que tengamos parte en su verdad, su bondad y su belleza.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
Que la paz de Cristo anide en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.
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