viernes, 19 de abril de 2013

XIV-027 No pierdas nunca la esperanza



NO PIERDAS NUNCA LA ESPERANZA.

Ayer compartí con ustedes un poema que habla de la tristeza, de esa tristeza que nos viene de lo más profundo de nuestra alma que nos es difícil a veces de comprender o que no la queremos escudriñar porque sabemos que hacerlo sería provocar lágrimas a nuestros ojos, esa tristeza es también la antesala de la desesperanza. Por eso el Cristiano debe ser en primer lugar gente de fe, porque la fe es el sustento de la esperanza.

Dios nos ha dado gratuitamente la fe, pero en el camino y en las vicisitudes de esta vida podemos perderla, por eso debemos procurar alimentarla constantemente y pedir a Dios que nos la aumente, para que podamos perseverar hasta el fin, y el alimento de la fe es la Palabra de Dios, en la fe tenemos un adelanto de la vida eterna, de esa visión beatífica que tendremos al final de nuestro caminar aquí en la tierra.

En las Sagradas Escrituras encontramos grandes ejemplos y modelos a seguir en cuanto a la fe verdadera, el primero de ellos Abraham, nuestro padre en la fe, aquel que “esperó contra toda esperanza”; luego a la Virgen María, la que creyó por el anuncio del ángel, la virgen de la esperanza, y muchos más, también nosotros podemos sacudirnos esos lastres que nos impiden avanzar en la fe y poner los ojos en Jesús que es el principio y el fin, el alfa y el omega de nuestra vida.

En nuestro repaso del Catecismo hemos analizado esa característica de Dios que lo hace ser Todopoderoso, es decir que nada es imposible para Dios, como lo dijera el ángel Gabriel a la Virgen María, de manera que si tenemos fe en Dios, si creemos plenamente en El, para nosotros no debe existir la palabra “imposible”, las cosas más grandes, más incomprensibles, las que van más allá de las leyes naturales, no son nada ante el gran poder de Dios, teniéndolo a nuestro lado no vacilará nuestra esperanza.

Dios cumple sus promesas, prometió a Abraham que su descendencia sería numerosa y se cumplió, prometió al pueblo de Israel que enviaría un Mesías y envió a su Hijo, el Cristo, el ungido por el Señor para cumplir la misión de salvar al mundo. No perdamos nunca nuestra fe, no perdamos nunca nuestra esperanza.

Cristo está vivo, El resucitó y está sentado a la derecha del Padre, y quiere que vayamos hacia El, por eso nos atrae constantemente, no nos resistamos a esa atracción, alimentemos nuestra fe, sostengamos nuestra esperanza y dejemos de lado la tristeza y la desesperanza. Vamos, alegra esa cara, seca esas lágrimas y sigue sus pasos por ese camino estrecho, por ese camino difícil por el cual El mismo ya transitó con su cruz a cuestas, cayendo y levantándose, sufriendo y al mismo tiempo consolando a los demás, no pienses en tu propia calamidad, piensa en las de aquellos que sufren aún más que tú y procura consolarlos , practica la caridad y Dios que todo lo ve te premiará.

“Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Rm 15, 13)
Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario y la asistencia a la misa dominical, te pido ahora que te unas a todos nosotros en esta oración comunitaria:

Oración Comunitaria: 1) Solicita Patty Oropeza por el esposo de su prima, Gerardo Acevedo, quien padece de cáncer del estómago, para que Nuestro Señor Jesucristo le conceda la sanación. 2) Por el Sr. Geo Bianchini, Presidente de la Fundación Betania, quien sufre quebrantos de salud, por su pronta recuperación. Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

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