miércoles, 24 de abril de 2013

XIV-029 Les encanta hablar mal de los curas



LES ENCANTA HABLAR MAL DE LOS CURAS.

Hay quienes sienten como una especie de placer morboso en hablar mal de los curas o sacerdotes y son bautizados y se dicen católicos y dicen que aman a Jesús, pero a la hora que aparece una noticia que habla mal de algún miembro de la Iglesia se complacen en comunicarla inmediatamente a los demás para que todo el mundo se entere, no se dan cuenta que muchas de esas noticias son preparadas en los laboratorios de grandes medios de comunicación cuyos dueños son anti-católicos y mezclan algunas verdades con una buena porción de veneno y lo echan a rodar por todo el mundo con el propósito deliberado de perjudicar a la Iglesia Católica, encontrando eco en aquellos que gozan con su difusión. También hay políticos que usan como estrategia decir que son seguidores de Jesús y de sus enseñanzas, llegan hasta sacar un crucifijo y besarlo en público, pero a la hora que un prelado de la Iglesia les hace alguna observación sobre su comportamiento, la respuesta es el insulto y decirle que no se meta en política. No se puede separar a Jesucristo de su Iglesia, ya lo dijo el Papa Francisco en estos días: “Encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible, porque no se puede creer en Jesús sin la Iglesia.”

Jesús fundó su Iglesia cuando dijo a su discípulo Pedro: “Tu eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” ( Mt 16, 18), la amó como un esposo debe amar a la esposa, la organizó y le dio las pautas básicas para su desarrollo, como lo demuestra un documento llamado Didajé del año 45 aproximadamente, escrito por los apóstoles, donde se encuentran normas de tipo litúrgico, de organización y de moral de la Iglesia fundada por Jesucristo. Y El mismo sigue siendo la cabeza de la Iglesia que es su cuerpo místico. Se podría decir que Jesús a estas alturas es el más exitoso de los fundadores de Iglesias, pues la suya perdura después de dos mil años, en tanto que las Iglesias que aparecieron como consecuencia de la Reforma a mediados del siglo XVI, la Luterana, la Anglicana y la Calvinista que son las más antiguas, no llegan a los quinientos años y la mayoría de las Iglesias evangélicas y protestantes, Sectas y Otros Grupos como los Bautistas, las Adventistas, los Metodistas, Pentecostales, Testigos de Jehová, Mormones y otras, fundadas en su mayoría en los Estados Unidos e Inglaterra, tienen menos de doscientos años.

Que si hay muchos pecadores en la Iglesia Católica, que no todos son santos, siempre los hubo, Jesús se reunía con los pecadores y decía que eran los enfermos que necesitaban del médico para poderse curar, no va por eso Jesús a abandonar su Iglesia, porque sería faltar a sus promesas y Dios no falta a sus promesas, lo que debemos procurar nosotros es ayudar en esa curación, con nuestras oraciones y plegarias, pedir al Señor que cure a esos enfermos y que santifique su Iglesia.

La Iglesia fundada por Cristo es sólida porque está fundada sobre una roca firme y la piedra angular es Cristo, lo dice San Pablo: “Ustedes están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y profetas y cuya piedra angular es Cristo Jesús” (Ef 2, 20) Así que debemos estar confiados en la robustez y firmeza de nuestra Iglesia y buscar a Jesús en nuestra Iglesia y no fuera de ella. Jesús y la Iglesia forman un solo cuerpo en el que no se puede separar a la cabeza del resto del cuerpo y decir yo creo en Jesús pero no creo en los sacerdotes, eso no es posible. Y debemos recordar que nosotros mismos formamos parte de esa Iglesia y hablar mal de ella sería igual que escupir para arriba.

Oremos por nuestros sacerdotes, colaboremos con nuestros seminarios y pidamos al Señor que haga surgir nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas porque se necesitan muchos y santos sacerdotes.

Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

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