miércoles, 17 de abril de 2013

XIV-026 La Divina Providencia



LA DIVINA PROVIDENCIA.

Antes de entrar en materia, les participo que el próximo viernes 19 de abril se cumplirá un aniversario más de la creación de la Fundación Betania y de la Coral Betania, con tal motivo hoy miércoles 17 de abril a las 6y30 pm se celebrará una misa en la Iglesia Santa Ana de la Lagunita, están todos invitados. Igualmente aprovechamos esta oportunidad para pedir oración por la recuperación del Señor Geo Bianchini, Presidente de la Fundación Betania quien se encuentra sufriendo quebrantos de salud, pidamos a Maria Reconciliadora de todos los Pueblos para que interceda por él a fin de que se recupere pronto y vuelva al frente de su misión.

Continuamos con nuestro repaso del Catecismo de la Iglesia Católica, hemos hablado de Dios Todopoderoso y de Dios Creador, en nuestro repaso anterior decíamos que Dios creó el Cielo y la Tierra para manifestar y comunicar su gloria, pero esta creación original, a pesar de su bondad y perfección, no estaba totalmente acabada sino en “estado de vía” hacia una perfección última y las disposiciones por las que Dios conduce su obra hacia esa perfección última es lo que se denomina La Divina Providencia.

Para lograr que su creación vaya avanzando hacia esa perfección, el Señor se vale de sus criaturas, no como un signo de debilidad sino de la grandeza y bondad de Dios Todopoderoso, porque Dios no solo nos ha dado la existencia, sino también la dignidad de actuar por nosotros mismos y de cooperar así en la realización de sus designios. Es por eso que vemos surgir en medio de la humanidad, descubridores, sabios, inventores, creadores, perfeccionadores de la obra de la Creación, para su bien y para el de sus prójimos. A menudo los hombres actúan de manera inconsciente en esta colaboración con el plan Divino y es que la Divina Providencia se derrama sobre ellos para que logren su objetivo. De esa manera Dios mantiene su Creación y la va perfeccionando. Con la colaboración de unos y de otros, como dice San Pablo a los Corintios “De modo que el que planta no es algo, ni tampoco el que riega, sino Dios que hace crecer.” ( 1, Co 3, 7).

Volvemos aquí a lo que otras veces hemos hablado acerca de la humildad, ninguno debe envanecerse por la obra que ha hecho o por el invento que se le ha ocurrido para el progreso de la humanidad, porque el que realmente obra, la causa primera de todo, es la Divina Providencia. “Pues Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el actuar para agradarle” (Flp 2, 13)

Y esto no disminuye para nada la dignidad de la criatura humana sino que más bien la realza, pues demuestra que tiene la ayuda de la gracia que le ha dado su Creador.

Surge entonces la pregunta que tantas veces el hombre se hace, si Dios creó al mundo  por su bondad y al mismo tiempo cuida de sus criaturas por medio de la Divina Providencia, ¿cómo es posible que exista el mal? La respuesta está en lo que hemos explicado en los párrafos anteriores, Dios pudo haber creado un mundo perfecto, pero en su sabiduría que va más allá de nuestra limitada capacidad de entendimiento, lo creo en “estado de vía” o mejor dicho en estado de perfeccionamiento, y ¿Qué es lo que se hace para ir perfeccionando algo? Se van quitando cosas y poniendo otras, aparecen ciertos seres y desaparecen otros, para que haya nuevas construcciones tiene que haber destrucciones, o lo que es lo mismo se va sustituyendo el mal físico por algo mejor elaborado que se vaya aproximando a la perfección. Lo mismo ocurre con la moral, el mal moral entro al mundo por el pecado y el hombre es libre de escoger entre el mal camino y el buen camino, Dios no es la causa del mal, solo lo permite para que el hombre pueda desarrollar su libre albedrio, pero eso no quiere decir que lo deja solo sin ayuda, por el contrario las ayudas que le da son múltiples: la fe, los profetas, la Encarnación, la Iglesia, la fuerza de los sacramentos, la iluminación del Espíritu Santo, son manos tendidas de Dios hacia los hombres para que se aparten el camino de la perdición y son expresiones de su infinita misericordia para llevarnos por caminos de salvación.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 12 de abril de 2013

XIV-025 Buscar primero a Dios




BUSCAR PRIMERO A DIOS.

Sigamos hablando de Jesús, decíamos en nuestra meditación anterior que en la medida en que más le conozcamos, más le amaremos. También hacíamos hincapié en ese perfecto equilibrio que vemos en Jesús entre lo humano y lo espiritual, era verdadero hombre y a la vez era verdadero Dios.

Recordemos el pasaje de las Tentaciones en el Desierto, después de ser bautizado Jesús fue llevado por el Espíritu al Desierto, donde ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches y al final sintió hambre, aquí nos encontramos de frente con el hombre verdadero, una persona que pasa un cierto número de días sin ingerir alimentos necesariamente tiene que sentir hambre, es humano y el cuerpo humano necesita alimentarse para tener energías y funcionar. Es en este momento de debilidad física en que el demonio decide tentarlo y lo tienta ofreciéndole la posibilidad de solucionar su problema inminente, el hambre: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes” (Mt 4, 3).

El tentador pide a Jesús una prueba o una demostración de que es Hijo de Dios, esa misma petición la afrontará Jesús durante toda su vida pública, los fariseos le pedían una señal, Herodes ansiaba verlo hacer un milagro ante sus ojos, y al final de su vida cuando colgaba de la cruz también le exigían “Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz y sálvate a ti mismo..”(Mt 27, 40).

Si nos ponemos a pensar con sinceridad, nosotros mismos hoy en día le exigimos a Dios que nos de pruebas de su existencia, que nos demuestre con claridad que la Iglesia fundada por Cristo es la verdadera Iglesia que nos dé evidencia de su poder y de su omnipotencia. ¿Será acaso que no nos basta con toda la historia de su vida? ¿Será acaso que no nos basta con toda la historia de la humanidad? ¿Será acaso que no nos basta con nuestra propia historia? Le presentamos el problema del hambre que existe en la humanidad y le pedimos que lo resuelva, que demuestre que es Dios y convierta todas las piedras en panes para que la gente pobre sacie sus necesidades elementales, muchos políticos enarbolan estas banderas y proponen solucionar este problema como prioritario y dejar a Dios en segundo plano. Jesús rechaza esta tentación cuando responde: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4)

Sin embargo, Jesús no es ajeno al problema del hambre, más adelante en su vida le vemos, también en el desierto, cuando multiplica los panes y los peces para alimentar a más de cinco mil personas que le habían seguido para escuchar su palabra. ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué lo hace ahora y no en aquel primer momento de la tentación? Porque toda esa gente había dejado todo por escuchar la palabra de Dios, habían antepuesto sus necesidades espirituales a sus necesidades materiales y ese alimento del alma que es la palabra de Dios, había abierto sus corazones al amor y al deseo de compartir con el hermano y es por eso que aquellos que tenían apenas cinco panes prefirieron entregárselos a él, antes que consumirlos ellos mismos y Dios bendice esta caridad multiplicando los panes y los peces para que todos pudieran comer.

Es tal la preocupación de Jesús por el alimento que el hombre necesita que al llegar el momento de su partida se nos convierte él mismo en pan, cuando instituye la Eucaristía, para alimentarnos por siempre y para siempre. Tomando el pan en sus manos nos dice “Este es mi cuerpo” (Lc 22, 19) Busquemos pues primero a Dios, alimentémonos de su palabra y tengamos fe en que El está pendiente de nosotros y conoce nuestras necesidades, no le exijamos pruebas, no lo tentemos, vayamos más bien por el camino del amor abriendo nuestros corazones para que El esté en nosotros y nosotros estemos en El.
Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la misa dominical.

miércoles, 10 de abril de 2013

XIV-024 Hablemos de Jesús



HABLEMOS DE JESÚS.

         En nuestra meditación anterior, mientras hacíamos el repaso del Catecismo, dijimos que el hombre siempre se ha preguntado acerca de su origen y de su fin y mira con mucho interés todo aquello que pudiera ser una respuesta a estas preguntas e inquietudes. Creemos que el destino del hombre ya ha sido preestablecido y ansiamos saber su curso antes de que las cosas sucedan, por eso nos llaman tanto la atención aquellos que nos anuncian cosas por venir que en la mayoría de los casos resultan falsas, a estos que nos engañan los denominamos adivinadores o embaucadores. El único que tiene planes concretos para los hombres es Dios y cuando lo ha considerado conveniente nos lo ha dado a conocer por medio de seres escogidos a los que hemos denominado profetas.

            La lectura de la Historia Sagrada nos muestra la vida de muchos profetas unos con mayor importancia que otros, valoración que hacemos  en base a la relación que pudieran tener con nuestra vida actual y con cada quien en particular, pero no fue así en el pasado, cuando la importancia de los profetas estaba dada por la relación que habían tenido con Dios, de allí que Moisés hubiese sido considerado como el mayor de todos, porque fue el único que tuvo la oportunidad de hablar directamente y de ver a Dios, aunque no viera su cara en aquel episodio de la zarza ardiente.

            Jesús es considerado por muchos como un gran profeta, entre ellos los Judíos y los Musulmanes lo creen así y lo respetan como tal, aunque no le dan el tratamiento que nosotros los católicos le damos y que le consideramos como la segunda persona de la Santísima Trinidad, es decir como Dios. Cuando se estudia a Jesús observamos sin embargo que hay dos dimensiones muy evidentes, la histórica y la espiritual, ambas dimensiones han sido tratadas por separado por muchos de los autores que han escrito sobre Jesús, lo que ha dado lugar incluso a la aparición de herejías que han tenido legiones de seguidores partidarios de una u otra causa. Sin embargo, la verdad es que Jesús es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre, ambas dimensiones se unen estrechamente en él y así lo podemos comprobar con múltiples ejemplos: Jesús nació de una mujer, como nacen todos los niños, tierno y frágil, y fue creciendo y desarrollándose como todos los hombres, se llamaba a si mismo “El Hijo del Hombre”, se alegraba, sufría, lloró al pensar en el futuro de Jerusalén y lloró al conocer la muerte de su amigo Lázaro y ante la inminencia de su propia muerte, no cabe duda que era un verdadero hombre. Pero al mismo tiempo fue capaz de curar a los enfermos, de hacer ver a los ciegos de nacimiento, de expulsar a los demonios, de perdonar los pecados, de ofrecer la vida eterna, de resucitar a los muertos, de revelarse en toda su gloria durante la Transfiguración en el Monte Tabor y de vencer él mismo a la muerte con su Resurrección, es decir era un Dios incuestionablemente.

            Como hombre le inquietaba lo que la gente pensara de él, por eso una vez preguntó a los apóstoles ¿Quién dice la gente que soy yo? Y ellos le respondieron “Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías o Jeremías, o alguno de los profetas” (Mt 16, 13) Esto nos dice claramente que Jesús actuaba con el comportamiento de un profeta, como un hombre que tiene un mensaje de Dios para transmitirlo a los demás hombres, pero no cabía en las mentes de aquellos contemporáneos de Jesús que pudiera ser el mismo Dios que había bajado a la tierra, por su inmensa misericordia con la humanidad. Y lo vemos claramente en el párrafo siguiente de esta conversación con los apóstoles: “Jesús les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro contestó: “Tu eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo” Jesús le replicó: “Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.” (Mt 16, 14-17) Es decir que su condición de Dios que había bajado a la tierra desnudo de gloria y convertido en hombre, era algo que no podía caber en la mente de un ser humano, solo alguien podría llegar a saberlo si el mismo Dios se lo revelaba como sucedió en el caso de Pedro.

            Por amor a Jesús seguiremos hablando de él y seguiremos estudiándolo, pues mientras más sepamos de él más lo amaremos.

Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo se anide en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y te acompañe siempre.

lunes, 8 de abril de 2013

XIV-023 Dios Creador



DIOS CREADOR.

Continuemos con nuestro repaso del Catecismo en este Año de la Fe. Tuvimos una interrupción de casi mes y medio motivado a que surgieron cuestiones de gran relevancia que ocuparon nuestra atención, como fueron la renuncia del Papa y el nombramiento del nuevo Obispo de Roma, el aniversario de las apariciones en Betania y otras, pero ya las aguas parecen tomar de nuevo su cauce y vamos a continuar con nuestro repaso.

Hemos dicho que Dios es Todopoderoso, que todo lo puede hasta aquello que para nosotros parece imposible y así lo confesamos en el Símbolo de Nuestra Fe, ese es el primer gran atributo de Dios, e inmediatamente decimos que “Dios es Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible”. De esta manera comienza también la Sagrada Escritura, en el primer capítulo que es el Génesis se dice “En el principio, Dios Creo el Cielo y la Tierra” (Gen 1, 1) y nos describe aquel proceso de una semana en el que fue creando todas las cosas hasta crear al hombre.

Esta es la respuesta que tenemos para todas esas preguntas existenciales que el hombre se hace: ¿Quién soy?; ¿De dónde vengo?; ¿A dónde voy? Es decir acerca del origen y el fin, no solo del hombre, sino de todo lo que le rodea.

Desde luego que el hombre, los filósofos, han dado un sinnúmero de respuestas a esas preguntas de acuerdo a sus propios y particulares razonamientos y existen por tanto un sinnúmero de teorías que nos hablan acerca de la Creación del mundo. En este tema hay muchas religiones y culturas que confrontan a la fe católica con explicaciones y mitos diferentes, algunos incluso llegan a menospreciar nuestra explicación tratándola de simplista y es que el hombre prefiere explicaciones complicadas para todo aquello que le parece inexplicable y pensar que la explicación es tan sencilla, solo se requiere de la fe: “Por la fe, creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no se palpa.” (Heb 11, 3). Y es que Dios mismo nos lo ha revelado por su infinito amor hacia los hombres, no solo en el Génesis, sino también en los Salmos, en el Salmo 115 nos dice: “!Que el Señor los bendiga, el que hizo los cielos y la tierra!” (Sal 115, 15) y luego en el 124 leemos: “Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.” (Sal 124, 8) y también en el Salmo 134: “Que el Señor desde Sion te bendiga, el que ha hecho los cielos y la tierra” (Sal 134, 3), son palabras inspiradas por Dios.

La Creación se nos revela pues como el primer paso hacia la Alianza de Dios con su pueblo, es producto de ese amor tan grande que Dios nos tiene, de un amor que no tiene límites, como lo expresaba ayer el Papa Francisco en su Homilía del Día de la Misericordia: “Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía”.

Solo Dios ha creado el universo, libremente, sin ninguna ayuda. Ninguna criatura tiene el poder de Crear, es decir de dar el ser a algo que no lo tenía en modo alguno, llamar a la existencia de la nada, solo Dios Todopoderoso  y creó al mundo para manifestar y comunicar su gloria y es por eso también por lo que nos creó a nosotros sus criaturas, para que tengamos parte en su verdad, su bondad y su belleza.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo anide en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

viernes, 5 de abril de 2013

XIV-022 Jesús, yo confío en Ti.



JESÚS, YO CONFÍO EN TI.

En nuestra meditación anterior hablábamos acerca de las Pruebas de la Resurrección del Señor y decíamos que una de ellas fueron las múltiples apariciones que hizo Jesús durante los cuarenta días que median entre su Resurrección y su Ascensión al Cielo y nos faltó decir que en el trascurso de estos dos mil años que van desde aquellos hechos hasta hoy, son también múltiples las ocasiones en que Jesús se ha aparecido a diferentes personas, recordemos la aparición a Saulo, perseguidor de los Cristianos, cuando éste iba camino de Jerusalén a Damasco en busca de Cristianos que habían huido de su persecución, fue una gran luz que lo encegueció y lo derribó de su caballo diciéndole: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” y Saulo desde el piso le contestó ¿ Quién eres tú Señor?, a lo que el Señor replicó “Yo soy Cristo Jesús, a quien tu persigues”, a partir de allí ocurrió la gran conversión de Saulo que se cambió el nombre al de Pablo, convirtiéndose en uno de los pilares de la Iglesia Católica.
Recordemos también como se puso de relieve la devoción al Sagrado Corazón de Jesús tras las apariciones a Santa Margarita María de Alacoque de la Orden de la Visitación de Santa María, mediante las cuales Jesús le comunicó a esta santa su deseo de que oraran con devoción al Sagrado Corazón de Jesús para que recibieran muchas gracias divinas y le dijo “Mi corazón reinará a pesar de mis enemigos”. Así como estas apariciones ha habido muchas otras, la conclusión que podemos sacar es que Jesús está vivo, que después de su Resurrección de entre los muertos ya no morirá jamás y que podemos confiar plenamente en El.

Una de las relativamente más recientes apariciones fue la realizada a Santa Maria Faustina Kowalski, una monja de gran humildad y pureza de corazón que se destacó por su paciencia, obediencia y laboriosidad, hecho ocurrido en Polonia, el año 1931, con el propósito de implantar y difundir en el mundo la devoción a su Divina Misericordia, en esa oportunidad Jesús dijo a Sor Faustina que el mundo no alcanzaría la paz sino acercándose y acogiéndose a su Divina Misericordia, aquella que se derramó sobre los hombres a la hora de su muerte a las tres de la tarde. Jesús pidió entonces a Sor Faustina que pintara un cuadro con la imagen suya en la que aparece vestido de blanco haciendo el gesto de dar su bendición con la mano derecha mientras que con la izquierda descubre levemente su pecho de donde salen dos grandes rayos luminosos, uno blanco y otro rojo que simbolizan el agua y la sangre que derramó en la cruz cuando su cuerpo fue atravesado por una lanza y le pidió que lo firmara con las palabras “Jesús, yo confío en ti”, además le fue dictando una serie de oraciones, como la Coronilla de la Divina Misericordia, la Novena y las Letanías, para la práctica de dicha devoción.

Esta devoción fue creciendo y extendiéndose por todo el mundo después de la segunda guerra mundial y recibió grandes impulsos como la del Santo Padre Pio de Pietralcina y del Beato Juan Pablo II, quien también es Polaco, estableciéndose como fecha para su celebración el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, es decir este año será el próximo domingo 7 de abril.

Recomendamos el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia, que se debe practicar todos los días a las tres de la tarde, es muy sencilla, con un Rosario en la mano se dice en las cuentas grandes: “Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, en expiación por mis pecados y los del mundo entero”, luego en las cuentas pequeñas se dice diez veces: “Por tu dolorosa pasión, ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero” , al terminar las cinco decenas se dice tres veces “Santo Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero” y luego tres veces “Oh Sangre y Agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, Jesús en Vos confío.”
Glorifiquen a Dios con sus vidas.


Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y te recuerdo el rezo del Santo Rosario, preferiblemente en familia y la asistencia a la Misa Dominical que esta vez será para celebrar el Día de la Divina Misericordia con gracias especiales para los que se confiesen y comulguen en ese día.

martes, 2 de abril de 2013

XIV-021 Pruebas de la Resurrección del Señor



PRUEBAS DE LA RESURRECCION DEL SEÑOR.

Ante todo nuestro deseo por que tengan una Feliz Pascua de Resurrección, lamentando no haber podido reanudar ayer nuestras meditaciones, motivado al duelo que nos embargaba por el fallecimiento de la madre de nuestro querido hermano betánico Antonio Planchart, a quien reiteramos nuestras sentidas palabras de condolencia.

Jesús ha resucitado, esa es nuestra creencia y nuestra fe, pero nos hemos detenido a pensar en la profundidad y veracidad de un hecho tan insólito?, un hecho que es negado por aquellos que no profesan nuestra religión y que en algún momento alguien lo pudiera negar en nuestra presencia? Tendríamos a mano las pruebas para refutarle su posición? Recordemos que desde un primer momento, como lo dicen las escrituras, se pretendió sobornar a algunos para que dijeran que los apóstoles habían robado el cadáver de Jesús, es decir para negar el hecho de la resurrección y la otra versión negativa es la que atribuye a la fe o la credulidad de los apóstoles este maravilloso acontecimiento, vamos a tratar de desmontar ambas.

En cuanto a la primera, es totalmente contradictoria, puesto que en aquellos momentos los apóstoles y seguidores de Jesús eran los menos indicados para realizar una acción de tal naturaleza, ellos se encontraban escondidos, temerosos de ser inculpados como discípulos del crucificado, y la tumba se encontraba custodiada por guardias armados que habían sido puestos allí por Pilatos a petición de los judíos precisamente para evitar que pudieran robar el cuerpo y decir que se había cumplido su profecía de resucitar al tercer día. No convenía a los judíos por tanto que alguien robara el cuerpo de Jesús, ni tampoco los apóstoles estaban en condición de hacerlo, por lo que no podemos encontrar a nadie capaz de planificar y ejecutar un plan que permitiera hacer esto. El evangelio nos habla de las mujeres que fueron muy de mañana al sepulcro y encontraron la piedra rodada, pero y los guardias? Dónde estaban? Se habían ido del lugar, es de suponer que algo extraordinario, superior a sus fuerzas y a su valentía los hizo huir y abandonar su misión. Las mujeres hallaron la tumba vacía y esa es la primera prueba de la Resurrección del Señor. Lo sucedido no fue algo apresurado, puesto que a pesar de que los lienzos estaban tumbados, el evangelista nos dice que el sudario que cubría el rostro de Jesús estaba a un lado cuidadosamente doblado, quién puede suponer que en una acción de robo o de violencia para llevarse el cuerpo alguien pudiera tener la paciencia de doblar el sudario y colocarlo a un lado?

Vamos a referirnos ahora a la segunda versión, la que sugiere una fe firme de los apóstoles en la Resurrección que les hizo creer en algo que no había sucedido. Bastaría con analizar la sucesión de los hechos en torno al descubrimiento de la resurrección, cuando las mujeres fueron a contarles a los apóstoles que el sepulcro estaba vacío, ellos no lo creyeron, “sus palabras les parecían como desatinos” (Lc 24, 11) es decir que esa fe que se les atribuye no era cierta, ellos no estaban pensando en la resurrección, es más, cuando Jesús se les aparece en medio de ellos creyeron ver un fantasma y el mismo Jesús les reprende por su incredulidad “y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes habían visto al resucitado” (Mc 16, 14). De manera que la realidad es totalmente distinta a lo que dice la versión negativa, no se trata de una alucinación producto de una gran fe, por el contrario es la constatación de la realidad lo que los hace creer, se trata de un hecho histórico sin precedentes que es confirmado posteriormente durante los cuarenta días que Jesús Resucitado se apareció no solo a los apóstoles y a los discípulos de Emaus sino a más de quinientas personas, habló con ellos, se dejó tocar sus llagas y les dio de nuevo su palabra y su paz.

Como nos dice el Papa Francisco: “Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad.”
Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 22 de marzo de 2013

XIV-020 El Mensaje y Los Frutos de las Apariciones



EL MENSAJE Y LOS FRUTOS DE LAS APARICIONES.

Con motivo de conmemorarse el próximo lunes 25 de marzo el 37º. Aniversario de la primera aparición de la Virgen Santísima en Betania, hemos venido meditando sobre diversos aspectos de dichas apariciones, en especial sobre su autenticidad porque, aunque Ud. No lo crea, hay personas que no creen en ellas, incluso he visto por allí un libro dedicado a desmentir la posibilidad de que la Virgen María se aparezca, pues según el autor la Virgen está muerta y los muertos no se aparecen. Está muy equivocado, porque Jesús dijo:  “Dios no es un Dios de muertos sino de vivos” (Mc 12, 27). Además existen historias muy bellas como las relativas a las apariciones de la Virgen Santísima en México, Lourdes y en Fátima que no dejan lugar a dudas sobre la veracidad de las apariciones, hay testimonios tan palpables como la santidad de Bernardita, la vidente de la Virgen en Lourdes, cuyo cuerpo incorrupto se exhibe en el Convento de Nevers, Francia que no se pueden desmentir así como así, porque están presentes y todo el mundo lo puede ver.

Pero volvamos a nuestro análisis de las apariciones en Betania y olvidémonos un poco de aquellos cuya falta de fe no les permite que sus ojos vean ni que sus oídos escuchen, oremos por su conversión. Decíamos que había tres aspectos básicos que tomar en cuenta al analizar la autenticidad de una aparición, el primero de ellos el carácter de los videntes que estudiamos en la meditación anterior y nos quedaban por ver el Mensaje y los Frutos de las apariciones.

El estudio del Mensaje se refiere a las preguntas: ¿Para qué vino la Virgen? Y ¿Qué nos pide la Virgen en su aparición? ¿Viene acaso la Virgen solo para que la vean? En Lourdes la Virgen  vino para confirmar el dogma de la Inmaculada Concepción que recientemente había promulgado la Iglesia y para pedir al mundo penitencia y arrepentimiento; en Fátima vino para alertar al mundo sobre los peligros de la guerra y la amenaza del comunismo, pero también pidió penitencia y arrepentimiento, y en Betania la Virgen viene para pedir la Reconciliación, del hombre con Dios y del hombre con sus hermanos, de los pueblos entre sí, divididos por la ambición y el poder, y por los odios y rencores que dividen la sociedad en todas partes del mundo, pero también al igual que en las otras apariciones pide penitencia y arrepentimiento para poder lograrlo.

Con respecto a los frutos podemos decir que la cosecha es abundante, las conversiones con motivo de las apariciones en Betania son incontables, como lo son los milagros e intercesiones de la Virgen Santísima, lo demuestran los millares de exvotos (placas) de los fieles que agradecen los favores y milagros recibidos y las peregrinaciones que vienen desde los lugares más apartados del mundo, las confesiones de personas que tenían 10 ó 20 años apartados de la religión, y como si fuera poco la Sierva de Dios, Maria Esperanza nos ha dejado el ejemplo de su vida y de su familia, la Fundación Betania, la Coral Betania y diecisiete comunidades betánicas en diferentes partes del mundo que son ejemplos de comportamiento en comunidad, de la oración, del compartir y del servicio a la sociedad, por su parte los seguidores han construido obras para Dios en Finca Betania, como son El Museo de la Virgen, la Casa de Loreto, el Cenáculo y la Casa de Retiro de Los Rosos, amén del mantenimiento del Santuario. “No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos.” (Lc 6, 43-44). Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz Domingo de Ramos y no olvides la abstinencia de hoy viernes de Cuaresma, el sábado el Rosario en Familia y el domingo la asistencia a la misa. Que Dios te bendiga.