LOS PEQUEÑOS SACRIFICIOS.
Dios no nos exige grandes sacrificios, estos nunca serán tan grandes como el que hizo Jesús para la salvación de la humanidad, pero si nos pide que acompañemos nuestras oraciones con pequeños sacrificios que son como pequeñas renuncias a la persona que hemos sido hasta ahora, es el abandono progresivo de si mismo: “El que no renuncia a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío.”(Lc 14, 33).
Vivimos inmersos en un mundo donde cada persona es distinta de la otra, no solo en sus características físicas sino en su modo de pensar, en su modo de actuar, por tanto así como habrá algunos que piensan como nosotros y nos caen bien por ese motivo, habrá también muchos a nuestro alrededor que no piensan igual, algunos nos son indiferentes y otros francamente no nos caen y nosotros no les caemos a ellos. Regularmente vemos a esas personas con la misma resistencia con que ellos nos ven a nosotros y pensamos que son nuestros pequeños enemigos que están allí para estorbarnos, para criticarnos y hasta quizás burlarse de nosotros a nuestras espaldas o para causarnos disgustos. El sacrificio consiste en cambiar nuestro modo de pensar hacia ellos, verlos más bien como la oportunidad que nos está dando Dios para que hagamos nuestra pequeña renuncia a nosotros mismos, vamos a actuar de forma completamente distinta, vamos a sonreírles a esas personas, vamos a decirles una frase cariñosa, vamos a mostrarles afecto, no perdamos la oportunidad que Dios nos está presentando.
Recuerda que Jesús vivió también en medio de personas que parecían estar allí expresamente para fastidiarle la vida, poniéndole trampas, tratando de enredarlo o de confundirlo, los fariseos, una sociedad pecadora que se mostraba como limpia de toda mancha y sin embargo supo convivir con ellos y con todos durante toda su vida. Haz tú lo mismo, convive con todos, no solo con los que te caen bien con tus amigos sino también aquel que parece una piedra en tu camino.
“El que quiera seguirme que renuncie a si mismo, cargue con su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará.” (Mt 16, 24).
La forma de hallar a Dios es por la vía de la oración y a costa del sacrificio, comienza por lo poco y habrás dado el primer paso, los demás pasos vendrán los unos después de los otros, siempre que lo hagas todo por amor a Dios. Alabado sea Jesucristo, Nuestro Señor.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
Oraciones Comunitarias: 1) Por Marisol Flores, asidua lectora de esta página, quien será intervenida por una operación de ambas rodillas, mañana jueves 23 de septiembre a las 8am. y 2) Por Guillermo Souto, hermano nuestro en la Fundación Betania quien está hospitalizado por ACV. Oremos a Dios Nuestro Padre para que sane a estas personas del cuerpo y del alma, a fin de que puedan servirle y adorarle por el resto de sus vidas. Amén. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria.)
Dios no nos exige grandes sacrificios, estos nunca serán tan grandes como el que hizo Jesús para la salvación de la humanidad, pero si nos pide que acompañemos nuestras oraciones con pequeños sacrificios que son como pequeñas renuncias a la persona que hemos sido hasta ahora, es el abandono progresivo de si mismo: “El que no renuncia a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío.”(Lc 14, 33).
Vivimos inmersos en un mundo donde cada persona es distinta de la otra, no solo en sus características físicas sino en su modo de pensar, en su modo de actuar, por tanto así como habrá algunos que piensan como nosotros y nos caen bien por ese motivo, habrá también muchos a nuestro alrededor que no piensan igual, algunos nos son indiferentes y otros francamente no nos caen y nosotros no les caemos a ellos. Regularmente vemos a esas personas con la misma resistencia con que ellos nos ven a nosotros y pensamos que son nuestros pequeños enemigos que están allí para estorbarnos, para criticarnos y hasta quizás burlarse de nosotros a nuestras espaldas o para causarnos disgustos. El sacrificio consiste en cambiar nuestro modo de pensar hacia ellos, verlos más bien como la oportunidad que nos está dando Dios para que hagamos nuestra pequeña renuncia a nosotros mismos, vamos a actuar de forma completamente distinta, vamos a sonreírles a esas personas, vamos a decirles una frase cariñosa, vamos a mostrarles afecto, no perdamos la oportunidad que Dios nos está presentando.
Recuerda que Jesús vivió también en medio de personas que parecían estar allí expresamente para fastidiarle la vida, poniéndole trampas, tratando de enredarlo o de confundirlo, los fariseos, una sociedad pecadora que se mostraba como limpia de toda mancha y sin embargo supo convivir con ellos y con todos durante toda su vida. Haz tú lo mismo, convive con todos, no solo con los que te caen bien con tus amigos sino también aquel que parece una piedra en tu camino.
“El que quiera seguirme que renuncie a si mismo, cargue con su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará.” (Mt 16, 24).
La forma de hallar a Dios es por la vía de la oración y a costa del sacrificio, comienza por lo poco y habrás dado el primer paso, los demás pasos vendrán los unos después de los otros, siempre que lo hagas todo por amor a Dios. Alabado sea Jesucristo, Nuestro Señor.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
Oraciones Comunitarias: 1) Por Marisol Flores, asidua lectora de esta página, quien será intervenida por una operación de ambas rodillas, mañana jueves 23 de septiembre a las 8am. y 2) Por Guillermo Souto, hermano nuestro en la Fundación Betania quien está hospitalizado por ACV. Oremos a Dios Nuestro Padre para que sane a estas personas del cuerpo y del alma, a fin de que puedan servirle y adorarle por el resto de sus vidas. Amén. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria.)
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