VENEZOLANOS TRIUNFAN EN EL EXTERIOR.
Siempre ha habido venezolanos que se han sabido destacar en el exterior, desde Francisco de Miranda en el terreno militar y político, cuyo nombre está inscrito en el Arco de Triunfo de París, pasando por pintores, deportistas, cantantes, reinas de belleza, etc,, pero en los últimos meses ha habido una pléyade de venezolanos que se han destacado en el exterior y han recibido reconocimientos por su labor en diferentes campos del quehacer diario, tenemos el caso de Gustavo Dudamel, músico larense, quien ha sido director de grandes orquestas, también de deportistas que se han sobresalido en natación, en ciclismo, en futbol, en automovilismo, de científicos como el Dr. Jacinto Convit quien fuera condecorado recientemente en París y yo me permitiría añadir en el campo espiritual a la Sierva de Dios María Esperanza quien destacó en los Estados Unidos por su labor apostólica, salvando miles de almas para Dios y después de su muerte le fue reconocida su labor con la apertura de su causa de beatificación y canonización, el año pasado en la Arquidiócesis de New Jersey.
Nuestro deber como católicos es compartir la alegría de los que triunfan y acompañar en su dolor a los que sufren, sentirnos orgullosos por lo que algunos compatriotas han logrado, poniendo en alto el nombre de nuestro país.
Sin embargo, siempre existen los envidiosos y los intrigantes que prefieren buscar algún defecto o inventarlo para desacreditar a todo aquel que logre sobresalir, y llegan hasta la murmuración, la difamación y la calumnia, pecados graves que ofenden el corazón de Nuestro Señor. Cuando miran algo bueno prefieren pensar que detrás de todo hay una mala intención, parece como si tuvieran una venda en los ojos y no pudieran ver el bien y la sinceridad de quien lo practica.
Estamos en tiempos de Cuaresma, tiempo de oración y de penitencia, vamos a orar por todos aquellos que no saben compartir con sus hermanos tanto las alegrías como los momentos difíciles de la vida y vamos a auto examinar nuestra conciencia para arrancar de ella todo vestigio de envidia o de prejuicio que pudiera existir, si creemos ver en los demás algún defecto tratemos de corregirnos ese defecto en nosotros y no nos creamos perfectos, practiquemos la virtud e imitemos a Jesús en todo momento de nuestra vida.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares
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