SOMOS MIEMBROS DE ESE CUERPO.
La felicidad que genera la venida del Espíritu Santo nos va a durar por muchos días y mucho más si nos atrevemos a ser templo y sagrario de la Santísima Trinidad con nuestra pureza y nuestro rechazo al pecado. La Iglesia está alegre por la luz que nos ha llegado desde el Cielo, la luz que el propio Jesús nos había prometido, llena de sabiduría, de entendimiento, de fortaleza y de espíritu comunitario.
La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, similar a un cuerpo humano, con diferentes miembros y órganos, cada uno ejerciendo sus funciones, pero todos unidos con un mismo fin, en nuestra Iglesia Cristo es la cabeza, es quien dirige todo, luego venimos los miembros, cada uno de nosotros con su función para que se cumplan los mandatos del Señor.
Hemos sido elegidos por Cristo para ser miembros de su Iglesia, debemos sentirnos en primer lugar orgullosos por esta elección, en segundo lugar agradecidos a Cristo por habernos escogido entre tantos otros y en tercer lugar comprometidos por la misión a cada uno encomendada. La creación de ese cuerpo no fue algo imprevisto o apresurado, ya Dios lo había pensado desde antes de la creación del mundo, antes de que existiéramos ya nos había elegido, pero nos quería santos y sin mancha, para poder estar en su presencia, por eso nos hizo hijos suyos y hermanos de Jesucristo y previó para nosotros la redención de nuestros pecados que fueron pagados con la sangre derramada por Cristo en la Cruz y luego de su Resurrección y de su Ascensión a los cielos nos envía al Espíritu Santo con sus dones para iluminar nuestras almas.
“En Cristo fuimos elegidos nosotros: Aquel que dispone todas las cosas y las somete a su voluntad decidió que fuéramos pueblo suyo y lleváramos la espera del Mesías, con el fin de que sea alabada su Gloria.”(Ef 1, 11-12) Pablo se refiere no solo al pueblo de Israel sino a todos los pueblos cristianos del mundo, porque el Evangelio fue hecho para toda la humanidad.
Dios nos ha dado pruebas de su amor infinito hacia nosotros, ahora espera nuestra respuesta, somos libres para responder si o no, nos ha creado, nos ha escogido, nos ha redimido y nos ha dado plena libertad para que nosotros escojamos el camino. El camino es Jesús que ha fundado su Iglesia sobre la roca firme y confía en nuestra respuesta para llevar adelante el Proyecto Divino. ¿Cuál es tu respuesta?
Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares.
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