lunes, 20 de junio de 2011

XII-062 ¿Tienes miedo de confesarte?


¿TIENES MIEDO DE CONFESARTE?

El sacramento de la Confesión es temido por muchos, hay quienes desean participar de las actividades religiosas, como asistir a la Santa Misa, horas de adoración, procesiones, etc., pero le huyen a la confesión y también hay quienes por huir de la confesión se apartan de la religión, meditemos hoy sobre las posibles causas de esta situación tan frecuente en nuestros días y hagamos un examen personal para ver si nosotros caemos en alguno de esos grupos que tienen miedo de confesarse.

¿De dónde surge ese miedo? Creo que lo primero es la vergüenza por el pecado o los pecados cometidos, son errores en los que hemos incurrido que no nos atrevemos a confesarle a nadie, sencillamente porque pensamos que no nos van a comprender y en consecuencia no nos van a perdonar sino que nos van a condenar. Sin embargo, en la confesión no se trata de un juicio que alguien va a hacer de nosotros, porque en un juicio nosotros tendríamos que demostrar que somos inocentes, por el contrario en la confesión nos declaramos culpables y arrepentidos para conseguir la absolución. El sacerdote solamente oye al penitente y le da sus consejos y formulas para que se aparte de las situaciones de peligro, para que se aparte de las tentaciones, no emite un juicio porque no tendría sentido juzgar a alguien que ya se ha declarado culpable y al contrario de lo que ocurre en los juicios ordinarios, perdona al pecador sus pecados. Si nos ponemos a comparar el confesionario con un tribunal, sería el único tribunal del mundo en el que un acusado se declara culpable y paradójicamente es absuelto.

La otra posible causa está en el prejuicio que tienen algunos de contar las cosas que consideran íntimas a una persona extraña, o como dicen nuestros hermanos separados a alguien que es un hombre como nosotros, a alguien que es también un pecador. Pero en realidad no es así, el sacerdote es una persona que ha dedicado su vida a servir a Jesús y a su Iglesia que ha estudiado durante muchos años que conoce la psicología de las personas y que por sobre todo ha sido ungido para ejercer ese sagrado ministerio y poder dar ese perdón en nombre del Señor Jesús, él te va a tratar como amigo deseoso de tu corrección y de tu salvación. Es Dios quien realmente te está perdonando en ese momento y no hay pecado que Dios no perdone siempre que acudamos a él arrepentidos y con humildad, con sincero dolor de haberle ofendido, el Señor dio ese poder a los apóstoles y los sacerdotes son los sucesores y herederos de ese poder que les otorgó Jesús, lo que ellos perdonen en la tierra será también perdonado en el cielo.

Lo principal que tenemos que pensar es que la confesión es el paso previo a la Comunión, que la única manera de acercarnos a Cristo Sacramentado es con pureza de alma, estando limpios de pecado y así podremos unirnos a él y tenerlo dentro de nosotros, solo así podemos disfrutar de ese regalo tan grande y maravilloso que nos dejara Jesús cuando se fue a los cielos, no tengas pues miedo de confesarte, no pienses en lo amargo de la medicina sino en que ella te va a curar y te va a dar una felicidad que ninguna otra cosa puede darte.

Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares

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