TESTIMONIO DEL PODER DE LA ORACION.
En anteriores oportunidades, les he señalado que los Jueves de cada semana son considerados “Jueves Eucarísticos” y en muchas Iglesias se expone el Santísimo Sacramento al final de la tarde, para que los fieles le adoren, posteriormente se imparte la bendición y se continúa con la celebración de la Eucaristía, de acuerdo a los horarios pre-establecidos por cada parroquia. Son estas buenas ocasiones para demostrarle nuestro amor a Jesús Sacramentado, para agradecerle por los favores recibidos y para hacerle nuestras peticiones.
Nuestro Salvador dijo: “Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo. Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre.” (Jn 14, 13-14) Es por ello que no debemos tener pena o vergüenza de presentarnos ante El, con temor de nuestros pecados, ya que lo que hacemos es proceder de acuerdo a sus propias palabras y confiar plenamente en que estas se cumplirán.La Fundación Betania se reúne todos los jueves para realizar una hora de adoración a Jesús Sacramentado, agradecerle por los favores recibidos y formularle nuestras peticiones por los enfermos y necesitados, de la propia Fundación, de nuestras familias y de personas que nos hayan encomendado orar por alguien que lo requiera, para este ejercicio de piedad se siguen las Preces Eucarísticas que fueron escritas para la adoración al Santísimo Sacramento que se practica desde hace muchos años en la Santa Capilla de Caracas.
Como testimonio del poder de la oración, quiero narrarles algo que nos ocurrió a mi señora y a mí, hace pocas semanas, con ocasión de una petición hecha al Santísimo, sucedió que habiendo llegado al momento de las peticiones rogamos por un nieto que vive con sus padres en el interior de Venezuela y que se encontraba, desde hace días, aquejado de salud, eran aproximadamente las siete y media de la noche cuando hicimos esa oración, luego continuamos con la oraciones restantes y concluimos la hora de adoración a eso de las ocho, nos despedimos y regresamos a casa. Por la noche, mas tarde, llamamos por teléfono a casa de mi nieto para saber de su salud y la madre nos contó que durante la tarde el niño había empeorado con una erupción que le salió por todo el cuerpo, llamó preocupada al médico y éste le dijo que lo llevara de inmediato a la clínica para observarlo. Después de esperar unos minutos, pasaron al consultorio del doctor y ella procedió a quitarle la ropa, para que el médico pudiera ver la erupción, pero cuál no sería su sorpresa que al hacer esto vieron que el niño tenía su piel completamente normal sin ninguna mancha, en ese preciso momento eran las siete y media de la noche, la misma hora en que a mucha distancia de allí, en Caracas, estábamos haciendo la petición por su salud. A partir de ese momento, el niño sanó totalmente hasta el día de hoy. ¡Alabado sea Dios!
Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares, que tengan un feliz fin de semana, les recuerdo la misa dominical y el rezo del Rosario en Familia.
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