A JESUS POR MARIA.
María es el camino que nos lleva a Jesús, pero María es también quien trae a nosotros a Jesús. Cuando María visita a su prima Isabel, ya estaba en cinta, llevaba en su vientre a Jesús, es por eso que su prima la recibe con aquella frase “ bendito es el fruto de vientre” ( Lc 1, 42), demostrando su fe en aquella criatura recién engendrada en el vientre virginal, una fe viva.
La visitación de María a su prima Isabel no es solo una visita de cortesía, es también una visita de servicio, de ayuda y es también una entrega de gracia, de alegría y de luz, porque ella llevaba en su vientre a Jesús que es Dios y Dios es también Espíritu Santo, por eso no solo la criatura de Isabel dio un salto en su vientre sino que ella “quedó llena del Espíritu Santo”(Lc 1, 41) por las gracias que se derramaron sobre la madre de Juan el Bautista y sobre el futuro precursor.
No podemos esperar a que María venga hasta nosotros, nuestra fe tiene que ser una fe viva, e incentivo suficiente para que nosotros seamos los que vayamos a su encuentro, nada más bello que peregrinar hasta un Santuario Mariano, tenemos un compromiso moral con la Madre del Salvador, ella nos trajo con su Hijo la salvación del mundo, de allí que todo esfuerzo que hagamos por llegar hasta ella tiene sentido. Vamos a Jesús por María, ella es el camino, vamos a su encuentro.
María es tan bondadosa que nos visita en los lugares más apartados de la tierra, Lourdes, Fátima, Guanare, Betania, no seamos nosotros inconsecuentes, demos los pasos necesarios para acercarnos a su gracia, ella siempre nos espera con los brazos abiertos, porque ella es también nuestra Madre.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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